SANTIAGO.- A cuatro años de la invasión de las tropas de Estados Unidos a Irak, el Partido Humanista eligió a un "indio pícaro" para manifestar su rechazo.
El "ícono artesanal" chileno, que mide dos metros y medio y fue construido con cartón y papel, fue levantado por dos personas. Pero esta vez el foco de atención no fue el órgano sexual masculino, ya que en su lugar había un misil con la leyenda: "paz".
"Es un indio pícaro, porque es el símbolo del pueblo chileno. Todos lo reconocen y a todos los representa. Aunque estemos en situación de conflicto, la picardía del indio muestra su repudio contra la guerra", explicó la presidenta del Partido Humanista, Marilyn Cabrera.
La marcha, que partió en la estación de metro Salvador y se dirigió por calle Costanera hasta la embajada de Estados Unidos, congregó a más de 200 personas y se desarrolló en completa normalidad.
La manifestación fue encabezada por el ex candidato presidencial Tomás Hirsch, quien criticó el excesivo gasto en armamento de nuestro país.
"Hoy todos los países de América Latina estamos expresando nuestro repudio y exigimos la paz" (...) Chile está a la vanguardia en armas, tanques y submarinos, ¡qué manera más estúpida de gastar la plata! En cambio, debiera estar destinada a los problemas de Salud y Vivienda", señaló.
La marcha
Con banderas naranjas del partido, panfletos en contra de la violencia y sombrillas para ocultarse del fuerte sol, los manifestantes gritaban todo tipo de consignas contra Estados Unidos.
Mientras unos lo hacían de forma directa con: "Ahí están, ellos son los que matan sin razón" o "no a la guerra sí a la paz", otros, con mensajes más distendidos y divertidos, decían "no a la hamburguesa, sí al choripan".
Pero no sólo gritos tenía la marcha. Un representante del pueblo palestino hizo una verdadera performance. Disfrazado de una mujer árabe, lloraba arrastrando algunas cruces de madera, como símbolo de las muertes de los civiles en la guerra. Las que al llegar a la embajada, fueron quemadas frente a todos.
Sin embargo, los protagonistas fueron los niños. Martín Menares de sólo 8 años, dirigía la protesta con un megáfono y al ritmo del hip hop cantaba: "La paz es excitante, es muy buena y alimenta. Con mi rap te digo: el amor es paz, no es nada más".