SANTIAGO.- El presidente del directorio del Metro, Blas Tomic, advirtió que en las horas punta la demanda supera la capacidad del tren subterráneo y señaló que la solución al problema está más en la superficie que en el propio metro.
"La fórmula definitiva y profunda es regularizar el funcionamiento de todo el sistema de buses de superficie, refiriéndose al Transantiago como un todo, y enfatizó que se mantendrá la política de cerrar momentánamente las estaciones si estuviera en peligro la seguridad de los pasajeros.
Como medida paliativa a los problemas del Metro, Tomic repotenció su campaña de promoción del sistema de buses clones, que transitan en forma paralela al trazado de la líneas.
Tomic reafirmó que el problema que ha vivido el Metro en estos días es a consecuencia de que ha debido transportar a una mayor cantidad de gente de la que es capaz. "Metro no puede llevar más pasajeros que lo que determina su capacidad", afirmó.
Par eso el servicio de buses clones se presenta como un instrumento capaz de solucionar en parte el problema. Esto porque los 130 buses clones que circulan en la superficie, de forma paralela al Metro tienen capacidad de transportar a 13.600 pasajeros en las horas punta. Esto podría aliviar en un 4 % de la cantidad de pasajeros que transporta el Metro.
Por eso Tomic hizo un llamado a los usuarios a "aprovechar este sistema". El servicio de buses clones está provisto por tres empresas operadoras Subus, Alsacia y Express, las cuales fueron contratadas por Transantiago.
Estos comenzaron a operar el 1 de marzo pero desde ayer el Metro se hace cargo del sistema operativo, lo que significa coordinar la frecuencia y el número de buses.
En cuanto a emergencias de salud que se han registrado en los últimos 10 días, Tomic anunció que en 10 de las estaciones más concurridas se han reforzado los equipos de primeros auxilios para socorrer a posible víctimas de problemas médicos.
Señaló también que están evaluando las condiciones de ventilación de las estaciones y enfatizó que mantendrá la política de cerrar momentánamente las estaciones si estuviera en peligro la seguridad de los pasajeros.
Finalmente, negó la posibilidad de subir el precio del pasaje en las horas punta para desincentivar la demanda.