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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 14:43
ARICA.- A 15 años y un día de presidio fue condenado por el Tribunal Oral en lo Penal de Arica, José Luis Miranda Alvarado, acusado del delito de violación reiterada contra su hija, a la que ultrajó entre los años 2002 y 2006, cuando la menor tenía entre 8 y 12 años.
Los abusos fueron cometidos en el mismo domicilio de la familia en la población Frei, donde el imputado vivía con la víctima, además de su esposa y dos hijos menores, una niña y un varón, que no reportaron haber sido objeto de violencia sexual.
La condena se hizo efectiva poco menos de un año después que la madre de la menor violada hiciera la denuncia contra su marido, auxiliar de bus y con antecedentes por el delito de hurto.
Los ataques sexuales que la niña llevaba sufriendo hace cuatro años quedaron al descubierto una noche en que, en el contexto de una discusión que surgió a raíz que la menor abusada había pedido "permiso para pololear".
Relato de hermana menor
Después de cenar la madre se fue a dormir al dormitorio del hijo varón del matrimonio y el padre se fue a la pieza, con las dos niñas.
Durante la noche, la menor de ellas vio cómo su padre sacaba la ropa y efectuaba tocaciones a su hermana mayor.
A la mañana siguiente la víctima decidió contar a su madre todo lo que estaba sucediendo.
Tras la denuncia, la menor fue trasladada al Servicio Médico Legal, donde se constató que tenía desfloramiento vaginal.
La investigación llevada a cabo en ese entonces por la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de la Policía de Investigaciones confirmaron que su padre la violaba desde que tenía ocho años.
En su declaración, la niña contó que había sido violada por su progenitor por lo menos en diez ocasiones. La primera de ellas habría ocurrido el 21 de julio de 2002, fecha en que cumplió 8 años.
Agregó que en otras ocasiones las violaciones habían ocurrido en sitios eriazos, aunque la mayoría de las veces eran en la casa, cuando su madre se ausentaba.
"La niña dijo que su papá tenía una obsesión, que no la dejaba salir a ningún lado y no quería que tuviera relaciones normales con su pares. Salían a pasear y aparentaba que eran pareja", dijo al comienzo del proceso la fiscal Ana María Cortés, informó La Estrella de Arica.
