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Tribunal de Puerto Montt declara culpables a homicidas de cura Piccardo

La resolución fue decretada por los jueces Francisco del Campo, Ivonne Avendaño y Patricia Miranda. Esta última será la redactora del fallo que será dado a conocer el próximo 4 de mayo.

27 de Abril de 2007 | 12:03 | Soledad Neira, El Mercurio Online
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Alex Escalante San Martín y a Gonzalo Caetano Urruzunu deberán esperar hasta el 4 de mayo para conocer su sentencia.

Cristian Duarte, El Mercurio

PUERTO MONTT.- Por robo con homicidio el Tribunal de Juicio Oral de Puerto Montt declaró culpables a Alex Escalante San Martín (25) y a Gonzalo Caetano Urruzunu (22), de nacionalidad uruguaya, por la muerte del sacerdote Benedicto Piccardo Olivos, de 79 años.


El cuerpo del padre Piccardo fue encontrado la mañana del 16 de enero de 2006, tirado en el piso de su departamento, golpeado, amordazado, maniatado y con sus brazos amarrados en cruz con un mano en la perilla de una puerta y la otra a la pata de un mueble.


La audiencia se está desarrollando en tribunal de Puerto Montt en un sala repleta de público por el interés que ha despertado este juicio a raíz de que el sacerdote fue rector por más de 30 años del Liceo de Hombres de la capital de la Décima Región.


La resolución fue decretada por los jueces Francisco del Campo, Ivonne Avendaño y Patricia Miranda. Esta última será la redactora del fallo que será dado a conocer el próximo 4 de mayo.


La fiscalía estaba pidiendo una condena de 15 años y un día para Caetano y de 20 años y un día para Escalante, pero el querellante en representación de la familia pidió cadena perpetua para ambos.


De acuerdo al relato de la relación de hechos del tribunal, ambos jóvenes llegaron al departamento del cura, la tarde del 15 de enero de 2006 y luego de golpearlo e inmovilizarlo, sustrajeron cerca de un millón de pesos en efectivo y otra cantidad interderminada de dólares y huyeron del lugar en el auto de la víctima.


El tribunal llegó al convencimiento de que el sacerdote murió a raíz del golpe y no por las enfermedades preexistenes que había intentado probar la defensa de los imputados.

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