La mentalista tiene fe en que todas las víctimas serán encontradas, aunque reconoce que su trabajo en esta zona ha sido muy difícil.
Julio MaillardSANTIAGO.- Isabel Cristina Ávila, más conocida como la mentalista de Chimbarongo, arribará hoy a Aisén para sumarse a las labores de búsqueda de las siete personas que aún permanecen desaparecidas tras el sismo y posterior tsunami que afectó a la zona el 21 de abril.
La psíquica, que fue contactada por los familiares de los desaparecidos sólo un día después de la tragedia, anticipó, en conversación con Emol, que ya tiene un bosquejo "bastante acabado" con la posible ubicación de tres de las víctimas.
Pero esta no es la primera vez que la mentalista de Chimbarongo trabaja en un caso de desaparecidos. Anteriormente colaboró en la búsqueda de las víctimas de la tragedia de Antuco, en la desaparición del joven Santiago Errázuriz Lobo, en el caso del joven astrónomo perdido en marzo pasado e incluso, en la misión para encontrar el "Flach", el primer submarino chileno.
De acuerdo a los antecedentes que ha podido recabar desde Puerto Montt –lugar donde se encuentra actualmente-, las tres personas estarían sepultadas bajo escombros en alguna de las zonas afectadas por el sismo.
No obstante, destaca que está trabajando en los posibles paraderos de las otras cuatro víctimas, situación que se verá facilitada una vez que llegue a la zona, donde realizará un sobrevuelo y un recorrido vía marítima "para corroborar los puntos de referencia que están previamente hechos en unos croquis".
Pese al optimismo de que todas las víctimas serán encontradas, Isabel Cristina advierte que ha sido un trabajo sumamente difícil, "por el hecho de que son lugares sumamente inaccesibles, hay mucho ramaje, troncos".
"Cuando se busca en mar es muy complicado, esto me recuerda mucho a la tragedia de Antuco, es casi la misma fecha, es mucho más difícil percibir en el mar. Es más complicado, pero no imposible", argumenta.
El trabajo de Isabel Cristina Ávila es cuidadoso. Siempre se preocupa de no interferir con Carabineros u otras autoridades. Por ello, dice, "siempre me pongo a disposición de la fiscalía", aunque en primera instancia es contactada por los familiares.
Cuando esto se produce, ella solicita la entrega de una fotografía de la persona desaparecida. Una vez que la obtiene, trabaja con una persona que conozca el lugar y comienza la elaboración del croquis.
Con este bosquejo y una constatación en terreno, es posible lograr llegar a un perímetro aún más acabado, "porque in situ puedo percibir mucho mejor, aunque depende mucho de la tranquilidad que yo tenga, porque lo mío no es algo que yo veo (…) sino que percibo, es una idea que viene a mi mente".