SANTIAGO.- Falta de mantenimiento, problemas en la capacidad operativa e insuficiencia de infraestructura, serían las principales causas de las tres fallas que ha presentado el Metro de Santiago en la última semana, afirmaron esta mañana ingenieros de la Universidad Católica que integran el grupo de estudio Ingitrans.
"El Metro no se ha adecuado al Transantiago", afirmaron los profesionales, para quienes la empresa no ha adquirido el equipo suficiente ni ha realizado los cambios para enfrentar el nuevo sistema de transporte.
Según los profesionales, tanto el desperfecto en un rodamiento que ocasionó la falla del sábado pasado como el reventón de una rueda de un carro ocurrido ayer, "se deben a una evidente falta de mantenimiento".
"Al sobrecargar los trenes el mantenimiento debió hacerse con mayor precisión y frecuencia", afirmó el ingeniero Remberto Echeverría.
Sobre el colapso del lunes pasado, provocado por la falla en el sistema de cierre de puertas de un tren, el profesional dijo que se debió fundamentalmente a problemas operativos.
"Lo que tendría que haber hecho Metro en lugar de evacuar a los cerca de mil pasajeros del tren por la puerta del conductor es que ese tren debería haber seguido hasta Escuela Militar para no interrumpir así el flujo de toda la Línea 1", aseguró.
Los ingenieros agregaron que el Metro podría aumentar su capacidad al utilizar más trenes y aumentar el número de vagones por cada uno de ellos.
Según Echeverría, la capacidad máxima de circulación de la Línea 1 podría llegar a los 200 trenes, con una frecuencia de 90 segundos. Sin embargo, ésta hoy sólo alcanza a los 140 trenes. Para llegar a esta cifra, los profesionales explicaron que Metro debe adquirir por los menos 15 trenes adicionales a los once que ya compró.
Los expertos aseguraron, además, que las estaciones de la Línea 1 todavía tienen espacio para que los trenes incorporen un vagón más.
Soluciones
El grupo de expertos fue enfático al afirmar que en un año o dos el Metro agotará su capacidad y se tendrán que tomar nuevas medidas.
Entre las propuestas que realizaron los ingenieros está el extender el tamaño de las estaciones, ensanchando los túneles en algunos kilómetros, para así aumentar la capacidad de pasajeros en cada una de ellas.
Según Echeverría, si se aplicara esta medida en la Línea 1 podrían ser hasta noventa mil los usuarios que esperen en hora punta el paso de un tren.
Esto tendría un costo de entre US$ 4 y US$ 5 millones por kilómetro, lo que es diez veces inferior a los entre US$ 35 y US$ 40 millones que cuesta construir un kilómetro de una línea nueva.
Para Ludolf Lausen, también existen soluciones de emergencia que se podrían aplicar para absorber la sobrecarga de usuarios. Éstas se relacionan con posibles modificaciones que el Metro podría incorporar en sus trayectos.
"Un tren por medio de la Línea 1 podría sólo llegar hasta Tobalaba y ahí darse la vuelta" para aumentar así el número de carros disponibles en este recorrido, que tiene una mayor demanda, aseguró Lausen. Esto se podría realizar al colocar un traspaso de vías en la estación Tobalaba.
Una propuesta similar es que la Línea 2 sólo llegue hasta la estación Cal y Canto y no hasta Vespucio Norte como lo hace actualmente. De esta forma se podrían liberar trenes para la Línea 1, que tiene una mayor afluencia de público.