PUNTA ARENAS.- El lago que desapareció en la Patagonia chilena aparentemente volverá a llenarse, advirtió un miembro del primer equipo científico que viajó a la zona, ubicada a dos días de viaje por fiordos y glaciares desde la capital de la XII Región.
El glaciólogo Andrés Rivera reveló que nuevas imágenes satelitales del lugar muestran indicios en este sentido y recordó que desde 1950 hay evidencia de procesos similares en América del Sur, como fue el caso de los glaciares Colonia y Dickson.
El científico, quien trabaja con la NASA en este tipo de investigaciones, reveló que hoy se sabe que fueron dos formaciones lacustres contiguas al glaciar Témpano de Campos de Hielo Sur las que sufrieron problemas de vaciamiento.
La menor de ellas fue la que desapareció, dejando un hoyo de un kilómetro cuadrado y 30 metros de profundidad.
Sin embargo, las fotos desde el espacio confirman que el otro lago comenzó a aumentar su volumen hídrico. "Es probable que ello también ocurra en el que se secó completamente", sostuvo Rivera.
Sobre lo mismo, reiteró que estos fenómenos tienen larga data en la región y otras zonas del mundo, pero que hasta ahora no hay evidencia de que su ocurrencia aumentó, producto del calentamiento global.
La desaparición del lago patagónico fue advertida por los guardaparques que vigilan el lugar, pero "ellos no pudieron tener una visión aérea y más comprensiva de todo el fenómeno", explicó Rivera.
Estas alteraciones coinciden con el adelgazamiento general de los glaciares sudamericanos, lo que complica su estabilidad como reservas estratégicas de agua, indicó Rivera.
La situación es particularmente crítica en los llamados glaciares tropicales de los Andes, ubicados en Bolivia y Ecuador.
Su retroceso amenaza la capacidad de contar con recursos hídricos para esas poblaciones, planteó.
Sin embargo, el agua no desaparece, sino que modifica su ciclo. Un estudio encargado por el gobierno de Chile reveló que en los próximos años las lluvias crecerán con fuerza en la zona andina del país, limítrofe con Perú y Bolivia, debido al derretimiento de hielos "eternos".
Lo anterior abre el debate de cómo la humanidad no sólo contiene los cambios atmosféricos, sino que se prepara para convivir con ellos.