Escuche a Jaime Naranjo (00'46'')
SANTIAGO.- "Cuando uno se refiere a los derechos humanos lo puede hacer con absoluta libertad, porque es un concepto universal, sin fronteras y sin límites", sentencia el senador socialista Jaime Naranjo, enfrentando de esta forma el reclamo del Parlamento cubano de que la Cámara Alta chilena se inmiscuyó en sus asuntos internos al solicitarle a la Presidenta Michelle Bachelet que rechace toda forma de encarcelamiento por motivos políticos o ideológicos en la isla.
"Ése es el argumento que usan los violadores a los derechos humanos para que no se opine sobre lo que está ocurriendo en ese aspecto en su país . Chile lo vivió reiteradamente cuando tuvimos la dictadura militar", asegura Naranjo a Emol.
"Normalmente los gobiernos autoritarios no hay cosa que les moleste más que uno se refiera al tema de los Derechos Humanos de su país", añade el senador, quien destaca que a partir de la Segunda Guerra Mundial el concepto de los derechos humanos adquirió un carácter "universal". "También queda claramente establecido que los derechos humanos no tienen límites ni fronteras", señala.
El parlamentario socialista advierte que uno de los "dramas" de los Derechos Humanos durante mucho tiempo fue que "a los amigos se les hace la vista gorda y se les permite que violen los derechos humanos, en cambio a los adversarios o a los enemigos se les condena una y otra vez".
"Yo creo que la única forma que usted tiene autoridad ética para referirse al tema de los derechos humanos es que actúe con mucha decisión cuando sus amigos violan los derechos humanos", dice Naranjo.
-Otros senadores de su partido, que tradicionalmente se muestra cercano a gobiernos como el de Cuba o Venezuela, se negaron a aprobar la solicitud
"Yo me sigo sintiendo tan amigo del pueblo cubano, como del pueblo venezolano, y porque me siento amigo de ellos, y porque quiero tener autoridad para condenar a aquellos países que violan los derechos humanos es que actúo con mucha fuerza y decisión cuando ocurre alguna situación en esos países".
-¿Aunque lo tilden de traidor, como le gritaron el día de la votación?
"Es el precio que uno tiene que pagar, cuando actúa con firmeza y decisión para advertirle a los amigos que no están haciendo las cosas bien".
-Pero en la práctica ¿usted cree que la Presidenta haga ver las aprehensiones del senado chileno, como ustedes le piden?
"Yo creo que Chile desde hace mucho tiempo le está haciendo ver a Cuba, desde el Gobierno del Presidente Aylwin, Gobierno del Presidente Frei, Gobierno del Presidente Lagos y ahora Gobierno de la Presidenta Bachelet le está haciendo ver a Cuba y a todos los países que amenazan o violan los Derechos Humanos su preocupación. Es una norma permanente que ha tenido Chile durante los últimos años".
-¿Cree que el senado cubano al mencionar asuntos internos de los que Chile debería preocuparse está cayendo en la misma conducta que le critica al senado chileno?
"A mí no me molesta que el Parlamento cubano se refiera a temas que son incómodos para nuestro país, y tienen razón cuando se refieren a esos temas. Yo les encuentro toda la razón al parlamento cubano que dice que en nuestro país tenemos problemas con la constitución de Pinochet todavía, tienen toda la razón los cubanos y no me molesta que lo digan".
El 6 de junio pasado y en una acalorada sesión -con indicentes y desalojos incluidos- la Cámara Alta aprobó un proyecto de acuerdo en el que pedía al Gobierno rechazar la prisión política en Cuba.
Algunos de los autores de la iniciativa fueron los senadores de RN Baldo Prokurika y Antonio Horvath; de la UDI Pablo Longueira y Evelyn Matthei; de la DC Mariano Ruiz-Esquide y Hosaín Sabag y del PS Jaime Naranjo.
De los 26 senadores presentes en la votación 19 lo hicieron a favor, tres se abstuvieron y 4 rechazaron el proyecto (los socialistas Juan Pablo Letelier, Alejandro Navarro, Ricardo Núñez y Carlos Ominami).