SANTIAGO.- Sergio Echeverría, director de la Casa de Acogida que Rafael Maureira "Zakarach" abandonó para huir a Brasil para no cumplir la pena de 20 años impuesta por pedófilo, reconoció que fue "ingenuo o inocente". Dijo que eso lo llevó a cometer errores como el haberle comprado el terreno, dinero que Maureira usó para fugarse.
Entrevistado por Constanza Santa María, en Canal 13, Echeverría dijo que lo ha pasado mal por todo lo acaecido, que en su trabajo lo han suspendido y que tampoco cree que siga siendo director de la Casa de Acogida.
Explicó que la fundación Carlos Oviedo trata de hacer cumplimiento del Evangelio y apoyar a quienes están en problemas. Aclaró, asimismo que no es tarea de ellos vigilar a los residentes por cuanto no son parte de la policía o gendarmería. Admitió, sin embargo, que habría que cambiar las normas para establecer obligaciones de permanencia a quienes recurran a ellos.
Echeverría expresó reiteradamente que por su formación de agente pastoral confiaba en la rehabilitación de Maureira y que lo notó arrepentido. Dijo que como no le encontraron trabajo accedió a ayudarlo comprándole con sus ahorros el terreno que ofreció venderle para instalarse con una amasandería.
Explicó, asimismo, que Maureira entraba y salía a libertad de la residencia, como se acostumbra, pero que cuando pasaban los días y no regresaba quiso hablar con el abogado de Zakarach, pero no pudo contactarlo. Señaló que esas llamadas están registradas en su celular. Añadió que fue un error no haber intentado hablar con otras autoridades pero que no se les ocurrió.
Echevería dijo que jamás actuó de mala fe y negó que Maureira fuera un protegido. Explicó que así como otros internos, Rafael Maureira lo acompañó en viajes fuera de Santiago, como a Los Molles, donde trabaja. Dijo que se le apoyaba porque se temía que podría suicidarse.
Respecto a su ausencia tras la captura de Zakarach explicó que estaba de vacaciones con sus hermanos y su madre en Venezuela, viaje que había programado hace mucho tiempo.