TOKIO.- El electorado japonés se muestra sorprendido, desconcertado o escéptico con la candidatura al Senado del ex Presidente peruano Alberto Fujimori, quien participa desde su arresto domiciliario en Chile en los comicios de este domingo.
La repentina irrupción en la política nipona del ex presidente andino, cuya libertad está pendiente de la ratificación de un fallo judicial en Chile, despierta preguntas y muchos japoneses consultados por Efe manifestaron su asombro por su candidatura.
El Nuevo Partido de los Ciudadanos (NPC), dirigido por Shizuka Kamei, ex peso pesado del partido gubernamental, el Liberal Democrático (PLD), asegura que invitó a Fujimori para aprovechar su prestigio en la lucha contra el terrorismo y la inflación en sus diez años en el Gobierno en Perú.
La liberación de la residencia de la Embajada japonesa en Lima en 1997, una de las pocas operaciones militares de las que Fujimori se atribuye todo el crédito, ha quedado en el subconsciente colectivo japonés como paradigma del valor.
Al capitalizar la fama de héroe de Fujimori, el NPC lo sitúa en la lista de candidatos que la prensa local llama de “intereses especiales,” que incluye también al padre de una golfista famosa, la primera política que ha admitido abiertamente ser lesbiana, un indígena de la etnia Ainu y la nieta del general Hideki Tojo, ahorcado como criminal tras la II Guerra mundial.
Los simpatizantes japoneses de Fujimori proclaman que el ex gobernante andino resolverá asuntos espinosos de la política asiática como el contencioso de Japón con Corea del Norte por los secuestros de ciudadanos nipones en la segunda mitad del siglo XX.
La campaña de Fujimori se apropia del título de la película de Tom Cruise “El último samurái” y se centra en un mensaje grabado con la promesa del ex presidente de “luchar hasta la muerte” por el país de sus antepasados.
"Su candidatura me parece cómica,” asegura la empresaria Y.M. en una respuesta recibida por correo electrónico en la que manifiesta escepticismo respecto a que “un señor peruano nissei o sansei” (de segunda o tercera generación de japoneses) tenga la preparación suficiente para participar en la política interna de Japón".
La candidatura de Fujimori se anunció justo después de que la fiscal de la Corte Suprema
chilena recomendara su extradición a Perú para responder a los casos de violaciones de derechos humanos y delitos de corrupción, lo que posteriormente fue rechazado por un juez.
El taxista K.Ichikawa opina que Fujimori usa la candidatura como una estrategia ventajosa para su vida personal ya que “algo (malo) habrá hecho para que no pueda volver a su propio país".
Según una encuesta de la agencia Kyodo, de los 121 escaños del Senado que renueva el electorado japonés este domingo, el NPC conseguirá sólo uno, que tendría que disputar Fujimori con los otros 13 candidatos que su partido presenta en listas proporcionales.
Las rivalidades del propio partido hacen que analistas políticos como H. Idaka duden de las posibilidades de Fujimori en estos comicios donde todos los candidatos, menos él, han hecho campaña en televisión para formular sus propuestas.
Sintomático de lo que piensa un sector del electorado es el parecer de la escritora de gastronomía R.Usami, quien afirma: "Cuando escuché que (Fujimori) volvía a la política pensé que era a la de Perú".
Otros japoneses, no obstante, aseguraron a Efe que votarán por el ex presidente peruano.
Su mensaje ha llegado a algunos que, cómo él, tienen dos nacionalidades, como el estudiante universitario C. Fujiwara, un nipón nacido en Perú que asegura que tiene la esperanza de que con "El Chino” en el Senado mejore la situación de los emigrantes peruanos en Japón.
El resultado de las elecciones del domingo servirá para verificar si la admiración japonesa por el “espíritu samurái” de Fujimori es suficiente para llevarlo al Parlamento y, de salir victorioso, pondrá, por primera vez, el destino de un partido político japonés en manos de la justicia chilena.