Chilena retenida en Rusia: "No sé por qué lo están haciendo"

SANTIAGO.- Cansada y escéptica. Con estas palabras la joven chilena Roxana Contreras describe su estado de ánimo cuando ya ha cumplido 69 días con arraigo en Rusia, donde está acusada de "contrabando de patrimonio cultural" por comprar monedas y medallas de la antigua Unión Soviética en una feria pública.

"Nadie me puede decir nada, dar una respuesta concreta. Eso es lo más desgastante, esperar todos los días (...) No confío, porque en principio me dijeron que serían 10 días y se ha ido alargando, alargando. Al parecer no tienen límite de tiempo", declara la estudiante en conversación con Emol.

La joven, egresada de la Universidad Católica y actual alumna de posgrado en Estados Unidos, asegura que todo lo que le ha ocurrido es absurdo e increíble, pues compró "unos pocos artículos", avaluados en US$ 66, en una feria libre y nadie le advirtió que estaba prohibido.

"De hecho los compré delante de un policía. No había razón para mi detención. Ellos saben que yo no sabía", afirma.

"Lo que pasó fue ridículo. Yo creo que esta gente está haciendo el ridículo. No sé por qué lo están haciendo", añade.

Dentro de las dificultados que ha enfrentado se encuentra la falta de diligencia de su abogado ruso, que no ha podido darle respuestas claras y sólo aumenta su angustia con explicaciones como "que se le perdió el correo o que no le contestaron el teléfono".

Roxana Contreras asegura que las autoridades rusas "no son muy colaboradores" y que lo único que espera es que le digan pronto la fecha del juicio para que "esto se acabe de una vez por todas".

Respecto al apoyo que le han dado en la embajada chilena, la estudiante comenta que se han portado bastante bien y han hecho todo lo posible por ayudarla, pero aún así su situación no ha mejorado desde el 14 de junio pasado cuando fue interceptada en la aduana.

Cuenta que habita un departamento que le buscó una agencia de turismo en la ciudad de Voronej y aunque no es "de lo mejor", tiene el equipamiento básico de cualquier vivienda.

Los gastos de su estadía, debe pagarlos Roxana en su totalidad, ya que, según explica, en Rusia "no se hacen cargo de nada".

La joven puede circular libremente, puesto que no está detenida y el único requisito que tiene es portar siempre su pasaporte. Además, podría recibir la visita de algún miembro de su familia, pero de inmediato sostiene que "no le recomendaría a nadie que viniera".

Al ser consultada sobre cómo enfrentaría una eventual pena de cárcel, la chilena advierte que aunque no tiene claro cuál sería su reacción, su defensa le ha informado que probablemente su condena implicaría la firma periódica y no el presidio efectivo.

Por último, dice sentir "un poco" de temor porque después de todo este tiempo "quién sabe qué esperar".