SANTIAGO.- Cargado de documentos llegó esta mañana el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (PS), a la Cancillería, donde sostuvo una reunión de trabajo de casi una hora con el ministro Alejandro Foxley.
Aunque su jornada comenzó con un desayuno con los parlamentarios de su partido, en el encuentro con el canciller, el ex ministro quiso alejarse de la contingencia política y enfocó la agenda en los temas regionales que le competen en su actual cargo.
En este sentido –y según detallaron Foxley e Insulza al término de la cita- parte de la conversación se destinó a "comparar notas" sobre el proyecto de cooperación suscrito por la OEA y el gobierno chileno para Centroamérica y para analizar la situación actual del resto del continente.
"Ha sido muy grato, como ya es habitual, tener un encuentro con el secretario general de la OEA, un viejo amigo además", destacó Foxley, quien aseguró que hicieron un diagnóstico "optimista" sobre el futuro de la región.
Tranquilidad en Latinoamérica
En este mismo sentido, Insulza señaló que en el continente "las cosas están tranquilas (…) aunque enfrenta problemas de pobreza, delincuencia, etc, las cosas de un día para otro mejoran y todo se ve como una tasa de leche", comentó.
Asimismo, destacó que se pasa por un buen periodo sobre todo desde el punto de vista económico.
El secretario general de la OEA culmina hoy sus actividades en el país y según adelantó, el domingo viajará a Panamá donde está invitado para una serie de actividades oficiales.
Al momento de evaluar su paso por Chile, se declaró "contento" porque "me ha ido bien, he visto mucha gente, casi toda la gente que quería ver, no toda, porque siempre quedan amigos a los cuales saludar, pero desgraciadamente el tiempo siempre es escaso".
Ante las consultas sobre el riesgo de que su rol en la OEA se termine mezclando con su actividad política al interior del país, Insulza destacó que "esas son preguntas que se hacen aquí" y que no ha tenido nunca ese problema ni esos cuestionamientos en la OEA.
Finalmente evitó referirse a la polémica generada por la participación de parlamentarios socialistas en la marcha convocada este miércoles por la CUT, argumentando que no participa en polémicas de ningún tipo. Tampoco entregó detalles del desayuno de esta mañana con algunos parlamentarios del partido, limitándose a decir que estuvo "muy agradable y muy rico".