NUEVA YORK.- La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, dictó esta tarde una conferencia en el contexto del World Leaders Forum, en la Universidad de Columbia, de Nueva York, oportunidad en la que analizó los desafíos del desarrollo democrático de Chile y Latinoamérica.
Al respecto, indicó que “nuestra región se caracteriza actualmente por dos fenómenos básicos: primero, la persistencia de la regla democrática y la búsqueda del cambio social; y -en segundo lugar-, la existencia de una amplia variedad de caminos para enfrentar los desafíos políticos y socioeconómicos de nuestro tiempo”.
Durante el encuentro, que congregó a cerca de 300 académicos y estudiantes, entre los que se contaban alrededor de 20 jóvenes chilenos, la Mandataria subrayó que entre 1992 y 2007 no se ha producido ningún golpe de Estado en la región. Sin embargo, recordó que “15 presidentes electos en ese período, no pudieron terminar sus mandatos”.
Al respecto, señaló que aún persisten muchas tensiones y debilidades que pueden afectar a las democracias latinoamericanas, a partir de problemáticas como la corrupción en el sector público y privado; las injusticias socioeconómicas; la existencia de instituciones políticas débiles o el incremento del crimen y la violencia.
Por ello, recalcó que las democracias deben entregar mejores condiciones a sus ciudadanos, “especialmente a los que han hecho grandes sacrificios en los años pasados, pero han recibido muy poco como recompensa”, para consolidar su estabilidad política y social.
A modo de ejemplo, sobre los desafíos pendientes de la región, indicó que, a pesar del crecimiento de las economías latinoamericanas, aún subsisten altos niveles de pobreza. “Mientras que el 48 por ciento de la población latinoamericana eran pobres en 1990, esa proporción se redujo en 2006, al 38 por ciento”. Sin embargo, recordó que “en números absolutos, los latinoamericanos pobres crecieron de 200 a 205 millones en el mismo período”.
De igual manera, la Mandataria expresó que a las diferencias en la repartición del ingreso, se agregan desigualdades a partir del género, raza o condición urbana o rural de las personas. Por estas razones, sostuvo que los países de la región requieren de un Estado más eficiente y activo que lleve los frutos del desarrollo a todos los ciudadanos, implementando políticas sociales fuertes y bien focalizadas.
En este sentido, la Jefa de Estado dijo que, “para abordar la pobreza y la desigualdad requerimos desarrollo económico, pero eso es insuficiente. Para lograr que la cohesión social sea un pilar de la democracia se requieren políticas sociales bien dirigidas”.
Progresos en Chile
Al respecto, señaló que Chile está progresando con paso firme ante este desafío, para enfrentar los problemas aún pendientes. En este ámbito, destacó que nuestra economía ha crecido en los índices medios de 5,7 por ciento entre 1990 y 2005 y señaló que, si bien la desigualdad en la distribución del ingreso sigue siendo alta, la acción del Estado ha permitido entregar mejores condiciones de vida a los sectores más vulnerables: “el 20% más rico de la población recibe alrededor de 14 veces de lo que recibe el 20% más pobre, pero cuando se consideran las políticas sociales, la diferencia se reduce la mitad”.
En este contexto, la Jefa de Estado recalcó que Chile, a pesar de sus logros, debe mantener sus esfuerzos para conjugar desarrollo económico con el aumento de equidad social, para que sus ciudadanos “continúen apreciando la democracia y entendiendo que el éxito económico puede mejorar sus propias condiciones de vida, proporcionando más y mejores trabajos, además de mayores y mejores oportunidades de avanzar en vida”.
Finalmente, la Mandataria se refirió a los proyectos políticos que se desarrollan actualmente en la región. Sobre este tema, apuntó que algunos medios han designado estos procesos como una suerte de eje anti-americano. En este sentido, dijo que “lamento si decepciono a alguien en esta sala, pero no hay tal eje; no hay un solo modelo de desarrollo dominante en la región. América Latina es diversa y está transitando hacia los múltiples colores del arco iris, con políticas y acercamientos diversos”.
La Mandataria señaló que América Latina es más diversa que en el pasado y los proyectos de cada nación obedecen a sus realidades específicas, persiguiendo “sus propios intereses en un nuevo contexto global”.
Sin embargo, la Jefa de Estado recordó que los países de la región mantienen activas fórmulas de integración que asumen áreas de trabajo impensadas hasta ahora, como ejercicios militares conjuntos o apoyo en labores humanitarias en países que viven conflictos sociales como Haití.
Por ello, la Presidenta Bachelet subrayó la necesidad de que Latinoamérica mantenga sus esfuerzos para trabajar en las áreas que aún debe enfrentar. “La democracia persiste, aunque debemos mejorar su calidad. La pobreza ha disminuido, aunque todavía sigue habiendo desigualdad. La hiperinflación es un problema del pasado y la mayoría de los países han introducido reformas económicas importantes, pero debemos asegurarnos de que la modernización alcance a todos los ciudadanos de nuestra región”, concluyó.