PUERTO MONTT.- "Hay hechos de clara desobediencia desde hace muchísimo", dijo el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, respecto del decreto papal que afecta a Fray Domingo Faúndez, el ex párroco de Pelluco, quien fue notificado de "su dimisión del estado clerical y de la Orden Siervos de María".
Monseñor Caro, quien sólo se había referido escuetamente en una carta a El Mercurio a la polémica por el cura que se rebeló a la decisión papal y sigue vistiendo hábito, oficiando Misa y entregando los Sacramentos, dijo que Fray Domingo es sacerdote, porque es un ministerio "para siempre, definitivo", pero está suspendido de las funciones inherentes a la Sagrada Ordenación Sacerdotal.
Hay sacramentos que son inválidos, como los matrimonios que oficie, "no son válidos", tampoco la confesión lo es, agregó.
"Un sacerdote está fuera de la Iglesia si no está en comunión con el Santo Padre y con su Obispo", recalcó el prelado, que es lo que a su juicio ocurre con Fray Domingo quien reiteradamente se ha negado a obedecer a sus superiores.
Respecto de las razones de la salida de Fray Domingo, monseñor Caro repitió insistentemente que fueron esas "desobediencias del sacerdote" las que gatillaron su dimisión.
Recordó que hace tres años él habló con el superior de Fray Domingo, porque venía el tiempo de redestinarlo, "porque los sacerdotes no son eternos en una parroquia, pero se negó. No quiso ser trasladado y su orden quería que fuera a estudiar a Italia, pero se negó".
Monseñor Caro explica que "era un buen cambio porque también había una división en la parroquia. Los que estaban a favor (de Fray Domingo) y los que no. Y eso no puede ser así".
Se nombró a otro párroco, explica el obispo, y Fray Domingo se mantuvo en el lugar, pero las divisiones se fueron acrecentando.
Respecto de los feligreses que siguen a Fray Domingo, monseñor Caro dice que están cayendo en "desobediencia grave igual que él".
Recalcó el prelado que el fundamento de la Iglesia es la unidad, y "las faltas contra la unidad, la desobediencia, hacer su propia voluntad, es grave. Y embarcar a la gente en proyectos personales, a gente sencilla, es un daño que les está haciendo", enfatizó.
Monseñor Caro fue también consultado por la influencia que pudo haber tenido en la sanción papal la relación de Fray Domingo con uno de los asesinos del Padre Benedicto Piccardo, (Álex Escalante), a quien el sacerdote defendió públicamente apenas trascendió su nombre como presuntamente implicado y luego incluso declaró en el tribunal como testigo de la defensa de Escalante.
"El tema es anterior", dijo monseñor, y respecto de si se le ordenó que no declarara, apuntó "ese tema no lo trató con nadie".
Respecto de la posibilidad que la decisión papal pueda revertirse y el caso de Fray Domingo sea el de una oveja descarriada que vuelve al rebaño, monseñor Caro dijo que "Es un decreto papal, una resolución definitiva, inapelable y él tiene que asumir su condición de laico cristiano".
Monseñor Caro negó que hubiera una persecución contra el cura, y que éste no hubiera tenido derecho a defenderse, "se habló en reiteradas oportunidades con él. Ene veces, con su superior, conmigo, ene veces".
Su pretensión de crear una nueva Iglesia no tiene asidero, "¿Qué iglesia va a crear?", se preguntó el prelado.