Bachelet responde críticas de la Iglesia por venta de la píldora del día después

SANTIAGO.- Aunque no mencionó en ningún momento la palabra "píldora", la Presidenta Michelle Bachelet salió al paso de la polémica que surgió durante la última semana a raíz de las multas cursadas por la autoridad sanitaria a las farmacias que no venden la "píldora del día después".

"En Chile, nadie puede ni debe ser violentado en su conciencia en ningún aspecto en la vida. ¿En qué sentido?, se preguntarán ustedes. En todos los sentidos, en todos los aspectos y en todas las direcciones, porque son las personas las que deciden y no el Estado", dijo la Mandataria.

A su juicio, "en democracia no hay contradicción" entre los márgenes de libertad individual y las normas de bien común "que a todos obligan", "porque el deber del Estado es poner a disposición de las personas las alternativas valóricas, culturales, educacionales, políticas y sanitarias, y mi obligación y mi convencimiento como Presidenta es garantizar que estas normas y principios se cumplan rigurosamente, para que el ejercicio de la libertad individual sea efectivo".

"A nadie se le puede imponer algo, lo importante es que las alternativas concordadas en democracia estén a disposición de todos para que puedan efectivamente elegir", prosiguió Bachelet.

"La diversidad es al mismo tiempo riqueza espiritual de la nación y reconocimiento de los derechos esenciales de las personas. La fe no se impone ni se persigue; la fe así como las convicciones éticas y humanistas se respetan y se hacen respetar, así sucede en un país libre y Chile es y seguirá siendo un país libre, tolerante y democrático", sentenció.

Con estas palabras, pronunciadas en la ceremonia por el día nacional de las Iglesias Evangélicas, la gobernante respondió a las declaraciones del Papa Benedicto XVI y a las autoridades de la Iglesia Católica en Chile, que han apelado a la objeción de conciencia para que los farmacéuticos no entreguen el fármaco, ya que tiene un carácter abortivo para un sector de la sociedad científica.

La Presidenta se había mantenido al margen de esta discusión desde que el Ministerio de Salud cursó multas por 33 millones de pesos a las farmacias que no distribuyen la píldora. Sin embargo, el acto de hoy fue el escenario propicio para que la Mandataria abordara este tema valórico, más aún, luego que ayer el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, criticara duramente al gobierno por aplicar las sanciones.

El prelado -en una clara defensa de los privados- dijo que "nadie me puede obligar por ley a que actúe en contra de mi conciencia y si tengo cierta certeza de que esta píldora puede ser abortiva, no puedo contribuir al mal".

El obispo rechazó también el argumento del Ministerio de Salud, de que las farmacias tienen la obligación de vender los medicamentos que están en el Formulario Nacional, al señalar que tales remedios "son para curar la vida y no destruirla".

Al abandonar el acto, brevemente la Jefa de Estado precisó que sus palabras se referían a la necesidad "de que no haya discriminación en nuestro país".