SANTIAGO.- El presidente boliviano, Evo Morales, se vistió hoy de corto tras las reuniones de la Cumbre Iberoamericana, jugó un partido de fútbol que su equipo ganó por 8-1 y no asistió a una cena que ofrecía la chilena Michelle Bachelet.
Morales no acompañó a la mayoría de los mandatarios iberoamericanos en una cena organizada por Bachelet en el Palacio de la Moneda, que formaba parte del programa oficial de la cumbre.
El mandatario boliviano jugó con el número 10 en la espalda, que le regalaron con su nombre. No mostró una buena forma física, pero aún así tuvo arrestos para marcar el segundo gol de su equipo.
El partido se disputó en la cancha de la Escuela de Carabineros entre un equipo formado por miembros de la delegación boliviana y otro integrado por parlamentarios, autoridades y ex jugadores profesionales chilenos, entre los que estaba el ex internacional Carlos Caszely.
También jugaron por el lado chileno los senadores Jorge Pizarro y Hernán Larraín, el diputado Felipe Salaberry, y el subsecretario de Deportes, Jaime Pizarro.