SANTIAGO.- A pesar de la insistencia de la Alianza en allanarse a aprobar los nuevos recursos para el Transantiago sólo a través de una ley especial, los presidentes de los partidos de la Concertación señalaron esta mañana que dichos fondos deben ser considerados en la Ley de Presupuesto.
"No hay ningún protocolo que se pueda saltar la Ley de Presupuesto. La Ley de Presupuesto cumple una función: determina el marco presupuestario del total de recursos que empleará la nación en 2008", sostuvo el vocero del conglomerado, Camilo Escalona, quien -sin embargo- reconoció la necesidad de un consenso con la Alianza.
Esto luego de que el ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera Gallo, ofreciera ayer a la oposición la firma de un protocolo en el que el Ejecutivo se compromete a enviar al Congreso una ley especial para financiar el Transantiago a partir de abril próximo.
El camino que según los líderes de las tiendas oficialistas debe seguir el gobierno, es lograr llegar a acuerdos durante la exposición que realizará esta tarde el ministro de Transportes, René Cortázar, ante la comisión mixta del Senado. El secretario de Estado dará cuenta de la utilización de los 290 millones entregados al plan en junio y que se supone se acaban el 10 de enero próximo.
"Esperamos en la comisión mixta, encontrar por la vía del diálogo los mecanismos que posibiliten que la gente termine con la zozobra y este chiste de los mil pesos", afirmó Escalona.
A juicio del senador, el monto aprobado en la Cámara de Diputados para financiar el plan de transporte capitalino es "una burla" y por ello el pacto hará "todo lo posible para resolver esa situación en el Senado".
La oposición advirtió durante el fin de semana que si La Moneda quiere llegar a un acuerdo para aprobar los recursos en la Cámara Alta, debe enviar un proyecto al margen de la Ley de Presupuesto que establezca los mejoramientos reales del sistema.
"La Concertación no va a abandonar a la Presidenta de la República", enfatizó Escalona, añadiendo que no caerán en el "descompromiso y deslealtad" que a su juicio tuvieron los legisladores DC que rechazaron el presupuesto.