Transantiago: ¿Puede cambiar su mala imagen con un nuevo nombre?

¿Qué nombre le pondría?

SANTIAGO.- Tranchantiago, Transtortuga, Transantiasco, Transmentira, Transanguano. Por mucho tiempo los usuarios han bromeado con la idea de cambiarle el nombre al polémico plan de transporte capitalino, quizás como una forma de descargar la irritación que les produce. Pero ahora fue la propia Presidenta quien expresó su intención de erradicar esa "mala palabra" y rebautizar al sistema una vez que éste funcione bien.

¿Pero tendrá algún efecto positivo este fashion emergency? Destacados publicistas dieron su opinión, aunque algunos desistieron de responder simplemente porque el Transantiago les daba "lata"... una muestra no muy auspiciosa respecto de su imagen por parte de los expertos. Pero si en su lugar les hubiésemos preguntado por el "Supertransantiago" o el "Transpiremosmenos" ¿Habría sido distinto?

Martín Subercaseaux, presidente de la agencia de publicidad BBDO Chile, opina que no es necesario rebautizarlo "porque la gente no se va a olvidar de todos los desastres y todo lo que ha sufrido porque le cambien de nombre". No obstante, indica que cuando mejore efectivamente y la gente sienta que hay un nuevo Transantiago basta con ponerle la palabra "nuevo" al comienzo.

Por el contrario, cambiarle el nombre antes sería una "pérdida de tiempo". "Sería engañoso, la gente se enfurecería más todavía. Hacerlo antes de que efectivamente cambie sería agregarle otro error más a todos los que se han cometido", señala.

Una opinión similar tiene Pablo Gallardo, director creativo de la agencia Lowe Porta, quien considera que el cambio de nombre "es una de las cosas" que podría mejorar la imagen del Transantiago. "Es un retoque, una tontera, pero todo sirve para que finalmente la gente cambie su percepción del producto", afirma.

¿Un nuevo Zamorano?

Pero si hablamos de cambios, uno de alto impacto mediático podría ser un nuevo rostro que invite a los santiaguinos a surcar la ciudad a bordo de troncales y alimentadores. Sin embargo, esta opción es rechazada por los expertos en publicidad, quienes sostienen que el servicio debe ser capaz de hallar otras formas eficientes de mostrar sus ventajas... cuando las tiene.

Así que no sería tan necesaria una nueva y costosa campaña que incluyera, por ejemplo, a alguna modelo diciendo sonriente que a ella sí "le sirven todas las micros" o algún deportista invitando esta vez a levantarse más tarde ¡porque el Transantiago cambió!

Subercaseaux afirma que "el mejor comunicador del plan es el sistema mismo". "Si mañana Santiago amaneciera con dos mil buses más, todos con GPS y pasando cada cinco minutos por vías segregadas, en un minuto cambiaría la imagen", indica.

Por su parte, Pablo Gallardo afirma que la publicidad debe poder enviar su mensaje de otra manera. Además, "no sé si alguien quiera colgarse con eso (...) El Transantiago tiene mucha carga negativa, tiene mucho anticuerpo en la gente, a quién vas a traer para hablar por el Transantiago y que le crean... ¿al Papa?".

Afirma, no obstante, que sí debiera haber una nueva campaña publicitaria, que diera cuenta de sus avances. "La gente cree que todavía sigue demorándose lo mismo cuando en realidad no es así, hay ene cosas que si se han mejorado deberían informarse y no sólo a través de conferencias de prensa", argumenta.

Por el contrario, Subercaseaux considera que "no influye en absolutamente nada que gasten más plata". "Cuando existe un problema tan serio, la forma de cambiar la percepción es cambiando el servicio, la publicidad no hace milagros. Si yo quiero cambiarle la imagen a Fidel Castro no saco nada con vestirlo de rosado y decir ‘ahora soy demócrata’, no va a suceder nada".