SANTIAGO.- "Hacía mucho frío. Había personas con hipotermia y el tiempo se hacía eterno mientras llegaban los buques al rescate", declaró la argentina Andrea Salas, de 38 años, una de las 154 personas que naufragaron en aguas antárticas cuando el buque Explorer chocó contra un iceberg.
La mujer es una de las guías del barco y entregó su testimonio a una radio trasandina sólo algunas horas después de ser rescatada. Ella y los otros pasajeros estuvieron desde las 2:30 horas y las 6:45 horas en los botes salvavidas, soportando la temperatura de cero grados y fuertes vientos.
Contó que estaba en la barra del bar cuando llegaron unos pasajeros empapados. “En algún momento se hizo un ‘crack’. Se hizo un agujero. Las partes de las cabinas más abajo estaban bastante inundadas”, dijo la mujer.
La rescatada señaló que en algún momento escucharon decir que un iceberg se acercaba y que esperaban que el viento lo pudiera correr. "Escuchamos al capital que dijo que otro iceberg se estaba acercando y que había que esperar hasta que éste nos pase". Esto, según ella, demostraba que la nave estaba sin control lo que generó, de acuerdo a este relato, un segundo golpe.
El constatar que el daño era mayor de lo pensado, el capital llamó por los parlantes a toda la tripulación a una sala de conferencias del barco donde la preparó para comenzar la evacuación. Salas cuenta que simultáneamente se estaba comenzando a tratar de bombear el agua que estaba entrando al barco. “Ya sabíamos que íbamos a evacuar el barco de una manera ordenada y tranquila. Quedamos todos muy sorprendidos porque hubo un comportamiento súper bueno por parte de los pasajeros”.
A continuación Andrea Salas recordó los momentos antes del rescate, los que catalogó como las horas más difíciles: “Hacía mucho frío. Y si bien uno está muy abrigado, estando quieto ahí te mojas, porque después el mar estaba más movido. Estábamos pasando demasiado frío. Había unas personas que estaban con hipotermia”.
Una situación surrealista
"Nos pusimos un poco nerviosos cuando el barco comenzó a ladearse y nuestros botes de rescate aun no había sido bajados", contó el turista canadiense John Cartwright a la radioemisora CBC.
Eran las 01:30 de la mañana cuando los pasajeros comenzaban a descender por las escaleras a los botes de rescate. Luego de permanecer cuatro horas a mar abierto, llegaron al rescate los barcos "Endeavour" y el crucero noruego "Nordnorge".
"Se veía una larga fila de botes negros zodiac y un puñado de botes de rescate naranjos. Realmente la situación era surrealista, porque era una mañana muy bonita y el sol resplandecía sobre el mar que bastante tranquilo", contaba el cineasta Jon Bowermaster que presenció el rescate desde el "Endeavour”.