RPUERTO MONTT.- Una singular multa aplicó el juzgado de policía local a a un sacerdote que cometió la infraccción de estacionar su automóvil en un sector prohibido.
El párroco José Vicente Cornejo Díaz recibió como sanción nada menos que una verdadera penitencia: deberá rezar salmos durante tres meses, con lo que queda exento del pago de 1,5 UTM (algo menos de $50.000) por estacionar su auto en un sector destinado a vehículos escolares, en el colegio Santo Tomás de Puerto Montt.
El párroco de la iglesia Cristo Crucificado admitió la infracción, indicando que era capellán del colegio, pero dijo no tener recursos para pagar la multa.
En rigor el religioso deberá agregar a sus plegarias habituales los salmos por un pecado contra el reglamento del tránsito.