SANTIAGO.- La abogada defensora de la madre imputada por el brutal ataque a los hermanos Rojo, Ximena Silva, refutó algunas de las principales pruebas que presentó la fiscalía en contra de su representada, Jeanette Hernández, asegurando que ella no participó en los hechos que le imputan y que los antecedentes de los fiscales son sólo suposiciones.
Respecto a la data de muerte del menor de sus hijos, Esteban Rojo, donde la fiscalía estableció que ésta había ocurrido entre las 11.30 y 13.30 horas, cuando la mujer estaba en la casa, Silva precisó que dentro de ese tiempo, hay cuarenta minutos en que no han podido probar qué sucedió.
“La misma fiscalía ha determinado que ella salió de su casa a las 12.50 de la tarde, por lo tanto (...) si el tiempo de la data de muerte es hasta las 13.30, tenemos 40 minutos en los cuales, perfectamente pudo haber entrado alguien, matar a Estaban y dejar grave a Pablo”, dijo la abogada a radio ADN.
Sobre el hecho de que la puerta de la casa donde se encontraban los menores no estaba forzada, Silva dijo que el esposo de Hernández, Pablo Rojo, le comentó que era común que sus hijos vieran televisión con la puerta junta y que la de la cocina siempre estaba abierta.
Ante los análisis que establecieron que los niños no habían ejercido acciones de defensa contra el ataque, la defensora respondió que “hay que considerar que la misma fiscalía señaló que Pablo se encontraba durmiendo al momento de ser atacado, por lo tanto no iba a tener señales defensivas. Además, no sabemos en qué circunstancia se encontraba Esteban”.
Respecto a los exámenes que concluyeron que la mujer sufriría de celopatía y tendencia al suicidio, la abogada reconoció que el matrimonio tuvo algunas discusiones por una supuesta infidelidad del marido, pero que estas no alcanzaron el rasgo de violencia intrafamiliar.
Específicamente por el episodio en que Hernández, un tiempo antes del ataque a los menores, se abría intentado suicidar con una soga y que este mismo utensilio estaba en la casa, cuando ocurrieron los hechos, Silva aseguró que sólo era una pita, que difícilmente podría usarse para esos fines.
“Su esposo manifiesta que ese día no vio la soga, pero la foto muestra que es una pita que no me da la impresión que alcance a anudar el cuello de una persona y que además está a la mitad de la escalera. Por lo tanto, llegar a determinar que es apita es un intento de suicidio, me parece bastante exagerado porque si hubiera querido hacerlo, se cuelga de una zona más alta”, precisó la abogada.
Sobre la declaración del hijo mayor de la imputada, quien dijo que su madre podía morir afirmando una mentira, Silva dijo que esas palabras se dieron en un contexto y que apoyó a su madre durante toda la formalización.
“Esas palabras no me parecen que sea un antecedente importante para determinar si es o no mentirosa y que sea o no celópata, no la transforma en parricida”, afirmó la defensora.