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Fiscales del caso Rojo "pincharon" teléfonos de una decena de sospechosos

La mayoría de esos casos fueron inducidos por la madre de los menores. Más de mil personas fueron empadronadas para conseguir datos sobre el crimen.

23 de Enero de 2009 | 14:43 | Francisco Águila, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Más de mil fueron las personas empadronadas por los fiscales Pablo Sabaj y Patricio Vergara, en el marco de la investigación por el brutal ataque contra los hermanos Pablo (15) y Esteban (7) Rojo, ocurrido el 17 de enero de 2008.


Así lo señalaron a Emol fuentes ligadas a la investigación, un día después de que la  madre de ambos menores, Jeanette Hernández Castro (38), fuera formalizada por los delitos de parricidio en el caso del menor y parricidio frustrado por Pablo, tras un año de investigación.


De acuerdo a las fuentes, los efectivos policiales que trabajaron en el caso, en conjunto con los fiscales, indagaron todas las casas ubicadas a cuatro cuadras a la redonda, desde el lugar en el que ocurrió el ataque, en el pasaje Punta Arenosa de la villa Capilla Siete de dicha comuna.


Lo anterior implicó también "pinchazos" telefónicos e indagaciones a otras 10 personas, de las que –en un primer momento-, la misma imputada entregaba  antecedentes respecto de su posible autoría en los ilícitos.


Entre los que Hernández sindicó durante la investigación, se encuentran un vedetto y un narcotraficante de la zona, a los que ella habría cortado el cabello en su casa, y también Miriam Peña, alias "La Rancherita", a quien su marido representaba en sus labores de cantante amateur.


Según se dijo en la audiencia de control de detención, realizada ayer en Puente Alto, entre los indicios que llevaron a los fiscales a la convicción de que Jeanette Hernández es la culpable del ataque a martillazos a sus hijos, están los constantes cambios en las versiones que entregaba a los investigadores.


De acuerdo a cercanos al caso, lo anterior comenzó en la primera semana de investigación, lo que le valió las sospechas de los fiscales, a tal punto de que el menor que sobrevivió a los golpes con martillo, estuvo con protección policial durante su estadía en el hospital y una vez que pudo salir de allí se quedó bajo la custodia de su abuela paterna, en Peñalolén, en vez de volver a la casa de sus padres.
   
Los cambios


Durante la investigación la ahora imputada dijo haber dejado a su hijo menor vestido antes de irse a trabajar, pero en las fotografías del sitio del suceso el menor aparece con ropa de dormir y descalzo.


Otro detalle revelado a Emol, es que durante los exámenes siquiátricos realizados a la pareja, tras la vuelta a su casa en Puente Alto, el padre de los menores, Pablo Rojo, declaró que el primer día su mujer no presentó angustia por lo ocurrido allí. Incluso que durmió en la misma cama donde fue atacado su hijo Esteban sin remordimiento alguno.


Lo anterior se suma a que los compañeros de trabajo de ésta notaron varios cambios en ella, como el haberse teñido el cabello y cambiar su estilo de ropa, así como también cambios de actitud tras lo ocurrido, a tal punto que sus compañeros en la peluquería son los primeros en sospechar de ella, lo que transmitieron a los fiscales durante la indagatoria, pero al no haber pruebas no se podía imputar, en ese momento.

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