Víctor Paiba Cossios, secretario general Comité refugiados peruanos en Chile.
El Mercurio OnlineSANTIAGO.- Tras el anuncio del alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, de erradicar las cocinerías ilegales que se montan en el centro, los peruanos que bordean la Plaza de Armas se sienten una vez más discriminados. Por lo mismo, están reacios a hablar y, en algunos casos, hasta actúan con agresividad.
Víctor Paiba Cossios, secretario de defensa del Comité de refugiados peruanos en Chile, lleva 16 años viviendo en el país. Paiba, quien actúa como abogado asesor de los peruanos, argumenta que el problema es "el maltrato que recibe la gente que trabaja en este sector".
"Tiene que respetarse a la gente. Los Carabineros golpean (a los peruanos), les pegan, eso es con lo que no estamos de acuerdo", advierte Paiba.
En Chile "no sólo se discrimina a los peruanos, sino que a los que no tienen plata, a los pobres. Nosotros somos parte de ese bloque y por lo tanto, también somos discriminados", afirma el secretario.
María Becerra, otra peruana fiel visitadora de este sector céntrico, afirma que "acá los chilenos no dejan trabajar a la gente peruana", y que en el caso particular de los cocineros ambulantes, "los andan correteando, pegando, botando la comida".
La decisión del municipio de terminar con los "restaurantes clandestinos" que se instalan desde las 20 horas en calle Catedral, entre Bandera y Puente, se debe a que funcionan sin permiso, y a los constantes reclamos de los residentes por el aroma de las frituras.
Ante la erradicación de estos puestos de comida, el abogado reconoce que "hay que buscar alternativas. Habría que ver la forma de cómo idear algo que esté a favor de la integración que tanto se proclama en este país, y que no se implementa".
"Una alternativa sería un lugar donde puedan poner un patio de comida. Donde el alcalde (Zalaquett) ponga un poco de capital", afirma Paiba al mismo tiempo en que afirma que "nosotros somos los que realmente incentivamos la economía, que haya mayor comercio, sobre todo en este sector de Santiago".
Paiba sostuvo que su trabajo por la integración de los peruanos ha sido continuo y afirma que la búsqueda de acuerdos con la Municipalidad ha sido en vano.
"Hemos tratado de contar con un plan conjunto con el alcalde, pero no ha habido apoyo. Por ejemplo, en el 2° piso de la esquina de Catedral con Puente había un patio inmenso que podría haber sido un patio de comidas, pero no funcionó", dice.