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Las difíciles primeras 48 horas tras el accidente de Ema

Dentro de la clínica, el matrimonio Velasco-Saavedra ha enfrentado una dura mezcla de emociones conforme pasa el tiempo y empieza a descifrarse la evolución de su hija menor.

20 de Febrero de 2009 | 17:05 | Renata Robbio, El Mercurio Online
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El martes en la noche, luego de que Ema llegara a la Clínica Las Condes en un helicóptero, Andrés Velasco y Consuelo Saavedra arriban al recinto a bordo de un vehículo policial.

Harold Castillo

SANTIAGO.- La frase “el tiempo se pasa volando”, no corre para unos padres angustiados, que esperan que su hija sobreviva después de un trágico accidente. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco y la periodista Consuelo Saavedra llevan más de 48 horas horas “internados” en la clínica Las Condes, deseando que el tiempo corra y su pequeña Ema reaccione.


Según los doctores, las primeras 48 horas tras el accidente de la menor fueron cruciales y desde el martes 17 de febrero, para el matrimonio Velasco-Saavedra y especialmente para su hija, el tiempo comenzó a correr.


Ese día, cerca de las 17.45 de la tarde, Ema cayó a la piscina y a las 20.50 de la noche, después de 45 minutos de vuelo en un helicóptero de Carabineros, estaba ingresando a la urgencia de la clínica. Dieciséis minutos más tarde, lo hicieron sus padres, en una aeronave de la FACh.


Consuelo, en pocos segundos, bajó de la patrulla de carabineros que la llevó desde el helipuerto de la clínica a la entrada de la Urgencia; apenas, saludó a los ministros Francisco Vidal y Edmundo Pérez-Yoma, e ingresó corriendo al lugar. Luego lo hizo su marido, tras un “apurado” abrazo a los secretarios de Estado, siguió a la periodista.


Cerca de una hora y media permanecieron en la Urgencia, y luego subieron al segundo piso del recinto, a la UTI pediátrica, donde Ema quedó hospitalizada, en una de las primeras habitaciones.


En la sala de estar, junto a los familiares de los otros enfermos, han recibido a sus más cercanos y autoridades, con quienes han compartido un café cuando no están con Ema.


Fuentes cercanas a la clínica afirman que el matrimonio no ha pedido nada especial y que el guardia que hay en el lugar, lo dispuso la administración.


Velasco y Saavedra han estado día y noche con su hija. En la habitación de la menor hay una silla, donde pueden sentarse para estar más cómodos, pero sólo ellos pueden ingresar a verla.


Apoyo y abrazos


Quienes los han visitado comentan que la pareja se apoya y se abraza constantemente y que sus familiares se han preocupado de traerles ropa y algo para comer. De hecho, la tarde del miércoles, el compañero de trabajo de Saavedra, Amaro Gómez-Pablo, quien también los visitó ese día en la mañana, les trajo café “Juan Valdez”.


El miércoles fue el día más difícil para la familia, especialmente para el matrimonio.  Según sus cercanos, en reiteradas ocasiones se les vio con los ojos llorosos y angustiados porque Ema no reaccionaba.


Aunque han querido mantener la reserva, sus amigos comentaron que el matrimonio está emocionado con el apoyo que han recibido y que en ningún momento Saavedra se ha molestado con la prensa, al contrario, comprende el trabajo de ésta.


Incluso, la tarde de ese mismo día, unas horas después de la visita del escritor Cristián Warken y su mujer, Danitzza Pavlovic, el ministro y la periodista decidieron agradecer públicamente el apoyo y el cariño de la gente, por medio de un comunicado que redactaron junto a la jefa de prensa del secretario de Estado.


Con el paso de las horas, el jefe de la UTI, Roberto Dalmazzo, se ha preocupado de explicarles cada paso del tratamiento y de la evolución de la menor.


La mañana del jueves, Velasco y Saavedra se emocionaron con las palabras de Cristián Warken, quien les dedicó a ellos y a su hija la columna “Página en blanco”. Sin embargo, no sabían que más tarde tendrían emociones más fuertes.


Disminución de dosis


A pesar de que quisieron ser discretos, finalmente se supo que los médicos de la clínica habían comenzado a disminuir la dosis de medicamentos que provocan el coma inducido y que la menor estaba reaccionando frente a algunos estímulos.


Es más, fuentes cercanas a las familias comentaron que ya “está despertando” y que movía un poco sus manitos y se estimulaba con algunas canciones de cuna que escuchaba.


A pesar de que aún no se pueden diagnosticar las posibles secuelas con las que podría quedar Ema, el hecho de que esté reaccionando fue tomado como una señal de esperanza y una inyección de optimismo para las próximas horas.

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