SANTIAGO.- Expertos vulcanólogos advirtieron hoy del riesgo que corre Chaitén después de la reactivación del volcán del mismo nombre y señalaron que la localidad podría ser arrasada por material incandescente si el domo se desploma.
"Mientras el domo siga creciendo el escenario más probable es que se derrumbe total o parcialmente, y con eso aporte material incandescente hacia los valles y alcance las áreas pobladas", declaró a CNN Chile el vulcanólogo del Servicio Nacional de Geografía y Minería (Sernageomin), Luis Jara.
Según el también vulcanólogo Jorge Muñoz, este escenario "de alto peligro puede ocurrir en cualquier momento" y dejaría el pueblo "totalmente arrasado".
Otra de las posibilidades que contemplan las autoridades es que las precipitaciones desprendan material del cráter del volcán, que bajaría por el río Blanco, próximo a Chaitén, y podría sepultar el pueblo si se desbordara.
"Por el río va a demorar 15 minutos en llegar a Chaitén", precisó Jara, que recalcó que ante este escenario "es imposible arrancar".
Pese a las advertencias de expertos y de las autoridades, más de una veintena de personas, entre las que se encuentran tres niños, se resisten a abandonar Chaitén.
Ayer, la Armada evacuó a 17 niños que permanecían en la localidad después de la amenaza emplazada por el ministro de Justicia (s), Jorge Frei, quien anunció que presentaría un recurso de protección a través del Servicio Nacional de Menores en favor de los pequeños y su integridad.
Por su parte, el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, señaló ayer que "Chaitén ha muerto" y reiteró en Puerto Montt que no se obligará a nadie a abandonar la ciudad, aunque hizo un llamado a los padres a no arriesgar la vida de sus hijos ante la amenaza de erupción del volcán.
El volcán Chaitén reanudó el jueves pasado su actividad y registró dos explosiones, acompañadas de sismos, intenso ruido subterráneo y una columna de humo y cenizas.
El 2 de mayo de 2008, el Chaitén despertó de un letargo de casi 10.000 años y entró en actividad, lo que obligó a la evacuación total, y en algunos casos por la fuerza, de los vecinos que vivían en las faldas del volcán.
Los chaiteninos fueron trasladados a localidades cercanas, como Castro, Osorno y Puerto Montt, pero en las últimas semanas un grupo de 250 vecinos volvió a sus viviendas, pese a que éstas quedaron prácticamente destruidas por la lluvia de cenizas, y por el agua y el lodo del río Blanco, que se desbordó a causa de la erupción.
El 29 de enero pasado, el Gobierno advirtió que no invertiría dinero en la reconstrucción del pueblo porque lo trasladará a otra ubicación, medida que disgustó a una parte de los 4.000 pobladores, que incluso se manifestó ondeando banderas argentinas.