Jeannette Hernández y Pilar Pérez no son amigas, pero han intercambiado algunas palabras.
La Segunda-El MercurioSANTIAGO.- Desde el 22 de enero de este año viven juntas y comparten todo: dormitorio, baño, comedor, patio y sala de estar. Duermen en una habitación de 12 mt2, amoblada con dos camas y pintada en tonos pasteles; y desde que ingresaron, ambas han bajado varios kilos de peso.
En el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de San Joaquín están recluidas Pilar Pérez y Jeannette Hernández. La primera, más conocida como "La Quintrala", está imputada por el asesinato de Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano (su ex marido) y la pareja de éste, Héctor Arévalo; mientras que la segunda está inculpada por parricidio y parricidio frustrado, tras el ataque que habría perpetrado contra sus dos hijos.
Fuentes cercanas al caso aseguraron a Emol que "nunca las han visto llorar ni quebrarse"; de hecho, a pesar de estar privadas de libertad, tienen un estado anímico "normal" y conversan con los guardias de todos los temas, incluso "los más banales".
Tampoco se han adoptado consideraciones especiales con ellas, salvo las precisiones de los tribunales, los cuales determinaron que debían estar aisladas del resto de la población penal. "Aunque están separadas de las demás, por ejemplo, no tienen un menú de comida especial, comen lo mismo que todas, incluso lo mismo que los gendarmes".
Las dependencias de su sección, las comparten sólo ellas dos, pues aunque están en la unidad de menores, no hay más mujeres recluidas en ese sector. "Ahí tienen una televisión, que usan sin restricción de horario, y también escuchan harta música tranquila".
Por medio de la prensa y de las noticias, cada una se ha enterado de las acusaciones y de los delitos de su compañera de habitación, por lo que ya están al tanto de los antecedentes que tienen.
¿Hay relación de amistad?
"No son amigas, pero evidentemente han intercambiado un par de palabras. Sin embargo, ambas respetan mucho el espacio de la otra, cuando una ve tele, la otra no pone la música fuerte", aseguró una fuente.
En el CPF se caracterizan por su "excelente conducta" y por el respeto con el que se dirigen hacia los gendarmes, "se han adaptado muy bien al sistema penitenciario".
Uno de los aspectos que ambas comparten es que han estado sometidas a exámenes psiquiátricos y están bajo tratamiento médico y con asistencia permanente de especialistas que controlan sus angustias y ansiedades.
El personal que las resguarda debe cumplir con ciertos requisitos, donde se destaca la prudencia y el respeto, "de lo contrario se originarían problemas mayores".
Hernández constantemente recibe la visita de su marido, Pablo Rojo, quien sigue afirmando su inocencia; mientras que Pérez, aunque inscribió a sus hijos en la lista de los autorizados para ingresar, sólo ha recibido a sus defensores.