SANTIAGO.- Se está acabando el verano. Esta medianoche, se deberá atrasar el reloj en una hora, para adecuarnos al período invernal. La norma establece que el horario de invierno rige a partir del segundo sábado de marzo y el horario de estival, desde el segundo sábado de octubre.
Todos los años, este cambio de hora genera el debate sobre los efectos en el organismo humano y qué sentido tiene.
Los mayores trastornos que viviremos los seres humanos se evidencian en cambios anímicos, efectos gástricos, estados de ansiedad y trastornos en el sueño. Sin embargo, el médico fisiólogo de la Mutual de Seguridad C.Ch.C.,Claus Behn, indica que dichas consecuencias no son evaluadas.
“Los costos desde el punto de vista de las personas no se miden. El hecho de atrasar la hora requiere de un período de adaptación del cuerpo, mientras tanto, las personas están somnolientas, agotadas o fatigadas, minimizando el rendimiento en el trabajo y aumentando la probabilidad de fallas”, dice Behn.
Para contrarrestarle efecto negativo del cambio de horario, el especialista entrega algunas recomendaciones para que nuestro organismo se adapte más rápido; entre ellas está acostarse a dormir temprano, es decir antes de la medianoche; eliminar todos los ruidos y beneficiar la oscuridad durante el sueño; adecuar las comidas al nuevo horario; realizar actividad física en la mañana, y en el día, procurar trabajar con la mayor cantidad de luz natural posible.
De todas formas es sabido que las personas se adaptan más rápido al horario normal (de invierno), que al de verano. Está comprobado que en el cambio a temporada estival este proceso puede tomar hasta 72 horas.