SANTIAGO.- El arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, entregó su mensaje de Pascua haciendo especial énfasis en la unión de la familia, ejemplificada en los casos de los menores Ema Velasco, hija del ministro de Hacienda, Andrés Velasco; Diego Poblete, el menor que evoluciona tras un trasplante de hígado, y Felipe Cruzat, quien falleció a la espera de un corazón.
"Nos sobrecoge el valor de la vida humana, que es vida maravillosa, por la cual Jesucristo murió y resucitó, que es proyecto, don y amor de Dios a nuestro pueblo. Por eso le guardamos tanta gratitud a los padres que se desviven por sus hijos –con cariño recordamos, entra tantas otras, a las familias de Ema, de Felipe y de Diego- y crece nuestra gratitud al recordar a tantas mamás que han sabido respetar, querer y apoyar la vida maravillosa que se gestaba en su seno, si bien le pediría renuncias; a veces, grandes renuncias. Si Jesús vino a este mundo para amar cada vida hasta el extremo, ¿cómo abordar su existencia sin el mayor amor, sin mucha gratitud?".
El cardenal Errázuriz llamó también a "tomar distancias de todos los signos de una contra-cultura de muerte que amenaza nuestro país y a otras naciones". Recordó las matanzas en Estados Unidos, y "las redes de pedofilia que se confabulan contra la vida de tantos niños".
Por ello, destacó que el sí a la vida “siempre ha de ser un NO a la muerte". "Pienso en esos disparos masivos contra escolares y contra adultos, en otras latitudes del planeta, y en las redes de pedofilia que se confabulan contra la vida de tantos niños. Y pensemos en las guerras, en la difusión de la drogadicción y en los programas que crean familiaridad con los peores asesinatos".
Goic pide a políticos no hacer promesas imposibles
Con un claro llamado a la clase política que este año enfrenta una elección presidencial, el obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic, en su mensaje de Pascua de Resurrección pidió una campaña transparente y sin promesas imposibles de cumplir.
"Jesús nos convoca, en este año de elecciones, al respeto mutuo, más allá de las naturales divergencias; a una campaña limpia y transparente, sin promesas imposibles de cumplir y que provocan frustración y desencanto de la política y de los políticos", afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal.
También hace referencia a las dificultades que ha traído la crisis económica mundial, al afirmar que estamos llamados a "trabajar (...) por globalizar el derecho a una vida decente, especialmente para los más pobres: a la alimentación, a disponer de agua sana y limpia, a una vivienda mínimamente digna, a la educación integral y a la salud básica".
Asimismo, el sacerdote sostuvo que "(debemos) generar una cohesión social que otorgue integración y bienestar a todos los que vivimos en nuestro Chile amado que se dispone a celebrar su Bicentenario".