HAMBURGO.- Un grupo de familias chilenas viaja regularmente a Hamburgo con el único objetivo de robar y enviar el botín a su país. Ésa fue la conclusión a la que llegó una comisión especial que fue creada en enero por el presidente de la policía de esa ciudad alemana, Werner Jantosch, y que hoy fue hecha pública por el diario "Hamburger Abendblatt".
En el grupo, denominado "Soko", trabajan 16 agentes, cuyo objetivo es detener a bandas de ladrones que "trabajan" en Hamburgo. Y a sólo tres meses de su fundación, su labor ha tenido resultados: los robos en la ciudad han disminuido un 8,5 por ciento respecto al año anterior hasta una cifra de 1.800, según indicó al periódico su responsable, Kai Rassek.
Como los sospechosos eran en su mayoría chilenos, Rassek viajó a Santiago para intercambiar informaciones con la policía. Según logró establecer, los responsables de los hurtos no eran mafias, sino familias. "Se trata de estructuras familiares. No hay un jefe de las bandas", aseguró a "Hamburger Abendblatt".
Durante su estadía en la capital, Rassek también descubrió que existen cerca de 1.300 chilenos cometiendo delitos en el extranjero y que la mayoría de ellos se ha especializado en robos en Europa.
El agente explicó que siempre utilizan el mismo método: viajan por pocas semanas, cometen el robo y envían a casa su botín, casi siempre dinero, joyas o aparatos electrónicos de gran valor. Tras ello emprenden el viaje de regreso.
Producto del contacto con la policía chilena, ahora es posible comprobar las huellas dactilares de los sospechosos, ya que, según dijo, todos los chilenos dejan sus marcas antes de abandonar el país. "Con ello podemos evitar la entrada de ladrones a Europa", explicó Rassek, precisando que si bien a los culpables no les amenaza ninguna pena en Chile, cuando llegan a Hamburgo les espera una orden de detención.