SANTIAGO.- A las 4 de la tarde de ayer el padre Ramón Riccciardi envió un fax a Francia informando del milagro atribuido por el obispo emérito de Villarrica, Sixto Parzinger (77), al fallecido sacerdote galo en proceso de beatificación George Finet, fundador de la obra que Riccciardi representa en Chile.
"Queremos informar al sucesor del padre Finet en Francia que se ha producido un milagro atribuido abiertamente a la oración al padre Finet", explica Riccciardi en un complicado español. Añade que "nos han dicho que no hay que hacer mucha propaganda porque en Roma frenan la beatificación" cuando esto sucede.
George Finet, el desconocido personaje a quien monseñor Parzinger atribuyó su sorpresiva mejoría de una grave falla renal que lo obligó a dializarse durante un año, es el fundador de los "Foyers de Charité". Éstas son casas de retiro donde laicos consagrados viven en comunidad al estilo de los primeros cristianos, compartiendo todos sus bienes, y son dirigidos por un sacerdote que también vive en el foyer y es el "padre" de éstos.
Finet, quien falleció en 1990, instauró el primer foyer en 1936 en el pueblo de Chateauneuf, cerca de Lyon, luego de que, de acuerdo a la creencia, en 1930 la campesina Marta Robin, quien fue marcada por estigmas, recibiera la revelación de Dios de que los foyers serían "el refugio de las grandes miserias humanas, donde los pecadores irían a buscar la luz y la sanación de sus males".
A petición del propio padre Finet, Riccciardi fundó, en 1972, el "Foyer Nuestra Señora del Carmen Bellavista Tomé", en la Octava Región, el único en Chile. Allí hoy residen ocho personas -5 chilenos y 3 franceses-. El padre explica que su principal misión es evangelizar a través de retiros espirituales, que son numerosos durante el año y se realizan por una semana en absoluto silencio.
Atraído por este silencio llegó hace cuatro años al foyer monseñor Parzinger, quien eligió este lugar, situado sobre un cerro junto al mar, para realizar sus retiros anuales. "Aquí viene gente de todas partes, pero era la primera vez que yo recibí a un obispo. Habían venido sacerdotes, pero obispo nunca", cuenta Ricciardi con satisfacción. "Y él vino de Villarrica, imagínese", apunta.
Parzinger se dializaba durante los retiros
El padre Ricciardi recuerda que monseñor Parzinger contaba con buen estado de salud durante los tres primeros retiros espirituales a los que asistió, pero que el último año concurrió enfermo al foyer y que incluso se debió dializar allí. "Él viajó igual (a Tomé) y a veces se apartaba porque la gente que lo acompañaba tenía un aparato para que se dializara", cuenta el sacerdote.
Dice que al verlo enfermo comenzaron a orar por él. "Nosotros le pedimos al padre Finet que hiciera un milagro, no para nosotros gloriarnos sino para que nuestra obra sea conocida". Esto se lo comentó a monseñor Parzinger. "Yo le dije que nosotros rezábamos al padre Finet para su salud y le pedí que él también pidiera la sanación para que pueda ser atribuido al padre Finet", cuenta.
Monseñor Parzinger estuvo durante un año sometido a hemodiálisis y diálisis peritonal por una grave falla renal a raíz de una endocartitis infecciosa. Sin embargo, hace seis semanas puso fin a su tratamiento médico debido a una inexplicable mejoría y asegura que hoy se siente bien.
"Yo lo llamo simplemente un milagro", dice Ricciardi al referirse a la sorprendente recuperación del obispo. Cuenta que aún no ha hablado con él sobre el tema, pero que dos miembros de su comunidad asistieron a la consagración de su sucesor y "lo vieron muy bien".
A pesar de la satisfacción que le causa la posibilidad de que George Finet haya obrado sobre el obispo, el padre Ricciardi dice que no se extrañó demasiado al conocer la noticia "porque sé que Dios es potente y he visto otros milagros". Cuenta que en el foyer hay un joven que enfermó de esclerosis múltiple, quedó casi inmovilizado, y lo encomendaron a la Sierva de Dios Marta Robin y ahora está recuperado. "El médico me dijo no es un milagro, es un gran milagro", afirma.
A pesar de esto, y aunque considera legítimo pedirle a Dios que sane el cuerpo, el padre Ricciardi afirma que "para mí el gran milagro es cuando un alma pasa de mentirosa a decir la verdad, de egoísta a ser generosa, ésos son los grandes milagros de la vida, los del cuerpo son secundarios. Y aquí en el foyer más que sanación del cuerpo se realiza mucha recuperación del alma".