SANTIAGO.- "La auditoría hace un análisis exhaustivo, consulta expertos, recoge análisis del Instituto de Salud Pública, y establece en el informe de auditoría que los resultados preliminares de ése laboratorio (Servitox) que establece la presencia de heparina, no son sustentables, no son replicables y, por lo tanto, pierden validez ante el análisis más exhaustivo de esos exámenes".
Con esta declaración, el director del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, Enrique Ayarza, presentó los resultados del sumario al Hospital Félix Bulnes, que tenían como objetivo establecer si había anticoagulante en los cuerpos de las mujeres afectadas por las cesáreas que provocaron sangramientos profusos en seis parturientas.
Tras un largo estudio se estableció que hubo errores en los análisis realizados a muestras de sangre de dos de las pacientes que sufrieron hemorragia, los cuales, según Ayarza, se debieron a que las mujeres eran embarazadas de alto riesgo obstétrico.
Pese a esta justificación, la auditoría arrojó que sí existió negligencia en uno de los casos: el de Daniela Alvarado, de 17 y embarazada de gemelos.
De acuerdo al informe, ésta presentó inercia uterina y no se le practicó una histerectomía, lo que se sumó a la determinación de trasladarla al Hospital Luis Tizne, pese a su gravedad, donde falleció.
Ayarza, en su alocución, sólo se refirió a cuatro de las seis pacientes. En el caso de Gloria Furtalef, si bien aún no es posible determinar su causa de muerte -lo que sólo se sabrá tras los análisis del Servicio Médico Legal-, la auditoría concluyó que su muerte fue producto de "un paro cardiorrespiratorio", producto de complicaciones que ésta "no pudo establecer", aunque se "presume dilación de tiempo en su tratamiento".