WASHINGTON.- El ministro de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández, se reunió ayer, viernes, en Washington, con el secretario de Estado Adjunto para Asuntos Hemisféricos, Thomas Shannon, con quien analizó en profundidad la situación de Honduras y las gestiones diplomáticas que realiza la Organización de los Estados Americanos (OEA) en pos de la recuperación democrática en la nación centroamericana y de la restitución del Presidente Manuel Zelaya.
En el encuentro participaron también el embajador chileno, José Goñi; el subsecretario Adjunto Principal para Asuntos Hemisféricos, Craig Kelly; Chris McMullen, subsecretario Adjunto para Asuntos Hemisfericos, y Lewis Amselem, representante Permanente Alterno de Estados Unidos ante la OEA.
Fernández viajó a Estados Unidos con el objeto de reunirse con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y con el subsecretario Shannon, para reiterar el apoyo del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet a la labor diplomática que desarrolla la organización regional en la búsqueda de caminos efectivos que restauren la democracia hondureña, y viabilizar un avance que permita superar la situación que preocupa a toda la región.
El canciller chileno coincidió con Shannon respecto a la importancia del factor tiempo en la búsqueda de una salida a la interrupción democrática producida con el Golpe de Estado del 28 de junio, que destituyó al Presidente Manuel Zelaya y alteró la normalidad institucional de Honduras.
Expuso al alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano, el consenso existente entre los países latinoamericanos acerca de la necesidad de intensificar y acelerar un dialogo que abra paso a la aceptación del Acuerdo de San José, promovido por el Presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
En este sentido, en su reunión con el segundo hombre de la diplomacia estadounidense, Fernández insistió en la necesidad de reforzar el trabajo de la OEA que tiene como uno de sus mandatos, el envío a Tegucigalpa de una Misión de Cancilleres para conversar con el gobierno de facto sobre el Acuerdo de San José, considerado mecanismo clave para destrabar las conversaciones.