ISLA NEGRA, Chile.- Porciones de tierra de distintas comunidades de España se esparcieron este jueves sobre la tumba del poeta chileno Pablo Neruda, frente al Océano Pacífico, en homenaje a su gestión para refugiar en Santiago a 2 mil españoles que huían de la guerra civil, arribo que cumplió 70 años.
Sobrevivientes del carguero Winnipeg -barco que trajo consigo a más de 2.000 refugiados hispanos- y sus descendientes llegaron hasta la casa del poeta, en donde también descansan sus restos, y desfilaron frente a la tumba de Neftalí Reyes, verdadero nombre del vate chileno.
La casa de Neruda -una de las tres que poseía en Chile- se ubica en un acantilado frente al Océano Pacífico en Isla Negra, región de Valparaíso, y hoy está convertida en museo.
Según explicó el pintor José Balmes -quien viajó en el Winnipeg cuando tenía 12 años- de los 2 mil inmigrantes sobreviven actualmente unos 180.
Del homenaje también participó el Coro Vasco, que precisamente tuvo su origen a bordo de la embarcación y cuyos nuevos integrantes lo han perpetuado hasta la actualidad.
En la vivienda del Nobel de Literatura (1971), se hicieron proclamas en favor de Neruda y en contra del régimen de Francisco Franco, quien lideró el golpe militar en España que desencadenó en la guerra civil (1936-1939), y de la que ellos debieron huir.
Para encarar sus gestiones, Neruda fue designado cónsul para la emigración española en Francia por el Presidente de la época, Pedro Aguirre Cerda.
El poeta agrupó a los refugiados -quienes permanecían en campos de concentración franceses- hasta que el 3 de septiembre de 1939 zarparon del puerto de Trompeloup, en Francia. La travesía hacia Chile duró un mes.