SANTIAGO.- En medio de la polémica generada entre el contralor Ramiro Mendoza y el ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, por el intento de regular la participación de ministros en la campaña presidencial, el titular del ente fiscalizador descartó sentirse presionado por el Gobierno, como aseguraron en la Alianza.
"No tengo nada de qué defenderme, no he sentido ninguna presión", dijo Mendoza ante las declaraciones realizadas por personeros de la Alianza como el senador Andrés Allamand y los presidentes de ambas cámaras, el diputado Rodrigo Álvarez y el senador Jovino Novoa, ambos de la UDI.
Pese a que los parlamentarios afirmaron que el Gobierno está haciendo un "abuso de poder" y que es "peligroso poner límites al fiscalizador", el contralor dijo que su labor fiscalizadora sigue intacta.
"Seguimos trabajando igual de tranquilos que siempre", afirmó Mendoza tras participar e un homenaje a Enrique Silva Cimma
La diferencia de opinión con el ministro Viera-Gallo tiene su origen en el dictamen que en el que trabaja la Contraloría, en el que cambia el criterio existente para comenzar a considerar a los miembros del gabinete como funcionarios públicos.
En ese caso, ante una eventual denuncia de intervención electoral, como los cinco casos que hasta ahora ha acusado la Alianza, los ministros podrían ser fiscalizados por la Contraloría.
Por su parte, el ministro de Justicia, Carlos Maldonado, quien también participó en el homenaje, afirmó que los miembros del gabinete son libres de decir lo que piensan políticamente.
"Los ministros somos todos militantes de partidos de la Concertación. Y la Concertación tiene un candidato y tenemos pleno derecho a emitir nuestras opiniones. Eso está fuera de discusión", puntualizó Maldonado.
Asimismo, afirmó que al parecer la UDI cree que "el Gobierno y los ministros bajamos en un platillo volador y que no tenemos opinión política, u opciones políticas".