La imagen muestra cuando el joven ingresó al Traumatológico.
Héctor YáñezSANTIAGO.- Leonardo Q. P. (16), el joven comunero herido de un escopetazo en un supuesto enfrentamiento con la policía en La Araucanía, está tranquilo en la única cama de la primera habitación del cuarto piso del Instituto Traumatológico de Santiago. Con él está su madre y no pone mayor objeción en cruzar algunas palabras con Emol. Eso sí, sin sacar fotografías.
Impacta un poco ver su menudo cuerpo y su pierna izquierda vendada a la altura de la pantorrilla. "Estoy más tranquilo ahora... Me quedan como dos semanas más acá", dice.
El joven, quien recibió el disparo la madrugada del 20 de octubre pasado en la zona roja del conflicto mapuche cerca de Angol y se mantuvo inubicable por seis días para aparecer el lunes de la semana pasada en el Traumatológico, está como sospechoso de la quema de dos camiones la noche en la que ocurrieron los hechos. Leonardo declaró ante la Policía de Investigaciones (PDI) y mantuvo sus dichos en torno a que esa madrugada cazaba conejos y que no tiene nada que ver con el ataque a los transportes.
"Les dije lo que ha salido en todas partes", asegura.
Sobre los disparos, Leonardo recuerda: "Íbamos por un sendero, vimos las luces (de la camioneta); no sabíamos si eran Carabineros o guardias del predio (en el que estaban)".
La madre del joven, Rosa Pereira, contó en una entrevista a "El Mercurio" que al día siguiente del disparo ella lo encontró en una casa de una comunidad vecina y que desde ese día lo cuidó. Aunque también se supo que hubo un paramédico mapuche que le prestó ayuda, incluso en el viaje y estadía en Santiago.
El comunero también recuerda con complicación el segundo día de su estadía en el Traumatológico, cuando sufrió una descompensación y un paro cardiorrespiratorio que lo envió a la UCI del Hospital Clínico de la UC.
"Hablé con los doctores y me dijeron que el haber comido ese día pudo hacerme mal...", asegura mientras se prepara para un nuevo aseo quirúrgico que le realizarán en las próximas horas.