SANTIAGO.- Pese a los cuestionamientos a su nombramiento por parte de organizaciones de derechos humanos por su presunta vinculación con la "Caravana de la muerte", el juez Víctor Montiglio, quien lleva adelante el caso, descartó cualquier responsabilidad del futuro comandante en jefe del Ejército, general Juan Miguel Fuente-Alba, en los crímenes.
"Lo que concretamente puedo sostener es que en el proceso no hay antecedentes para dirigir acciones contra el general mencionado (Fuente-Alba). Si lo hubiera, ya habríamos adoptado otro tipo de medidas, (pero) como eso no es así, su citación es que no tiene mayor responsabilidad en los hechos", afirmó a radio Cooperativa.
El designado sucesor del general Óscar Izurieta a partir del 9 de marzo de 2010 recibió dardos de parte del abogado de DD.HH., Hugo Gutiérrez, quien emplazó al Gobierno a aclarar su "real participación" en el mencionado caso por el que declaró en septiembre de 2008, luego que el brigadier Pedro Espinoza lo acusara de estar en Calama en octubre de 1973, cuando pasó la comitiva del coronel Sergio Arellano Stark.
En la misma línea del magistrado Montiglio, la abogada Carmen Hertz aseguró que los dichos de Espinoza son una "maquinación".
El nombramiento de Fuente-Alba a la máxima jefatura del Ejército derivó en dispares reacciones, obligando, por ejemplo, al ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, a rechazar las críticas vertidas por la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) en su contra.
A juicio del secretario de Estado, "muchas de las críticas que se han hecho se han formulado también respecto de comandantes en jefes anteriores y en general esas críticas han sido bastante infundadas".