IQUIQUE.- Hasta las inmediaciones del Terminal Agropecuario llegó personal de Investigaciones en busca de dos menores, pero se encontraron con una vivienda en la que se mantenían a 32 niños hacinados de entre 1 y 10 años de edad en pésimas condiciones.
Por un cobro de mil pesos diarios una mujer cuidaba a los pequeños, en su mayoría con descendencia aymara.
La guardería no cumplía con las exigencias sanitarias mínimas y su cocina se encontraba en pésimas condiciones. Un patio de 6 metros cuadrados servía para esparcimiento de los menores que se mantenían en el lugar.
Hasta la vivienda particular llegó el seremi (s) de Salud de Tarapacá Rubén Rojo, que junto a dos fiscalizadores de esta repartición cumplieron con el cierre del recinto.
Rojo, hizo un llamado a los padres a asumir con responsabilidad el cuidado de sus hijos y acudir a la red de jardines infantiles que entrega la Fundación Integra.
En la casa también se decomisaron alimentos vencidos listos para preparar el almuerzo de los niños. La autoridad sanitaria recorrió el interior de las instalaciones y confirmó las pésimas condiciones en las que se atendía a los niños.
El funcionamiento de este recinto estaba totalmente al margen de la ley. No mantenía patentes ni ningún permiso que acreditara su funcionamiento. Los menores se mantenían en un espacio reducido de 8 a 22 horas a cargo de una mujer sin recibir labores pedagógicas.
Durante las diligencias en que participaron efectivos de la Brisexme de la PDI y la seremi de Salud se apercibió a la mujer de iniciales (51) C.A.R., quien se identificó como la responsable del funcionamiento de esta guardería infantil ilegal.