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Llaitul, líder de la CAM: Queremos reconstruir la nación mapuche

Con eso justifica la "recuperación de las tierras", aunque aclara que si la policía entra a sus zonas bajo el argumento de buscar indígenas violentos, ellos seguirán defendiéndose.

16 de Noviembre de 2009 | 17:26 | AFP

TEMUCO.- Un fértil territorio apetecido para las industrias ganadera y forestal en el sur de Chile es reclamado por los mapuches, con facciones que dialogan y otros que han demostrado en los últimos meses que están dispuestos a derramar su sangre para recuperar las tierras de sus ancestros.


"Recuperar nuestras tierras nos costará sudor, lágrimas y sangre", aseguró Héctor Llaitul, apresado líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una organización radical que se ha adjudicado varios atentados incendiarios como parte de su lucha, y que el dirigente justifica como una forma de "defenderse".


Llaitul está en prisión preventiva en la cárcel de El Manzano en Concepción (500 km al sur de Santiago), acusado de liderar una emboscada contra un fiscal, acusación que él rechaza ya que la CAM -dice- avala sólo acciones que no generen daños contra las personas.


"Queremos recuperar tierras para reconstruir la nación mapuche, un pueblo con cultura e idioma", le dijo a corresponsales extranjeros Llaitul, uno de los 50 presos mapuches vinculados a actos de violencia en su objetivo de recuperar sus tierras, según cifras de la ONG Liberar.


La justicia aplicó al menos a una decena de ellos la severa ley antiterrorista que data del gobierno militar de Augusto Pinochet y que triplica las penas para delitos comunes.


Los mapuches, la mayor etnia indígena de Chile, reclama territorios ubicados principalmente en la Región de La Araucanía (650 km al sur de Santiago), que tiene como capital a Temuco y que hoy están en manos de madereras y empresarios.


Tomas de fundos, quema de camiones y enfrentamientos con la policía se han incrementado en los últimos meses, producto de las acciones de los mapuches más radicales.


Tradicionales y radicales


Una forma de actuar que no necesariamente es compartida por toda la comunidad, lo que queda patente en Temucuicui, la comunidad emblemática de lucha por la recuperación de tierras, integrada por los 'tradicionales', quienes dialogan con el gobierno, y la Comunidad Autónoma, más radical. Ambas se apartaron hace más de un año por diferentes visiones en las formas de lucha.


"Hay ciertas diferencias de puntos de vista, de formas de llevar la lucha", dice a la AFP Jorge Huenchullán, werken o vocero de los denominados 'autónomos'. "Ellos (los tradicionales) han sido más pasivos", comenta.


Sus diferencias han llevado incluso a enfrentamientos con armas, según ha denunciado penalmente Daniel Queipul, habitante de la comunidad tradicional, quien muestra las marcas de balas en sus brazos, disparados por indígenas que él sindica como de la comunidad autónoma.


Pero los 'tradicionales' también se han visto envueltos en enfrentamientos con la Policía y han sido acusados de utilizar niños en sus luchas.


En todo el sur chileno existen unas 2.200 comunidades mapuches, de las cuales 200 están en pie de lucha. Según reconocen los propios mapuches uno de sus mayores problemas ha sido el liderazgo, por la avanzada edad de algunos loncos o líderes de la comunidad, frente a la vehemencia de los jóvenes.


El gobierno, que ha entregado a mapuches unas 650.000 hectáreas, se ha mantenido firme en la posición de no negociar con aquellas comunidades violentas, aunque también admite sus errores en la solución del conflicto.


"No lo hemos hecho tan bien como hubiéramos querido", dice el gobernador de Malleco, Jorge Zaffirio, pero recuerda que siempre será necesaria la intervención policial cuando los mapuches alteren el orden público.


Zaffirio reconoce además que uno de los grandes problemas ha sido la compra de tierras a privados, puesto que, dado el conflicto, se han triplicado los precios de los predios.


Pero pese a las discrepancias, el propio Llaitul ha mostrado disposición a dialogar con el Gobierno por "territorio y autonomía", aunque deja en claro que, si la policía entra a sus zonas bajo el argumento de buscar indígenas violentos, ellos seguirán defendiéndose.

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