SANTIAGO.- Uno de los principales aspectos que más llama la atención y que hoy en reiteradas ocasiones los fiscales le enrostraron a la madre de los hermanos Rojo, Jeannette Hernández –acusada de parricidio frustrado y parricidio consumado- es la frialdad con que ha asumido la muerte de sus hijos.
Hoy, en la segunda audiencia del juicio en su contra, se quebró al recordar cómo encontró a los niños, tras sufrir el ataque, sin embargo, precisó que no fue capaz de ayudar al menor, Esteban, ya que no puede ver sangre.
Pero eso no es todo. Hernández confesó que el niño, quien falleció el 17 de enero de 2008, se le ha aparecido en reiteradas ocasiones y que en varias de éstas, le ha dicho que los responsables del ataque fueron dos sujetos.
“Cuando recién había fallecido, se me apareció y yo se lo dije a mi esposo. Le dije: ‘Sabes que vino el Esteban y me dijo que fueron dos personas y me dijo: Mamita te amo’. La primera vez fue así, después se me apareció de noche, cuando me estaba acostando”, contó la imputada.
En esa ocasión, Hernández relató que venía saliendo de la ducha y estaba sentada en la cama, echándose crema en la cara, cuando vio a a Esteban.
“Me dice siempre lo mismo, que fueron dos, pero esa vez hizo un gesto hacia arriba y me dijo: ‘Mamita, los tíos de blanco me dijeron que te dijera que fueron dos personas”, aseguró.
La mujer aclaró que el niño también se le ha aparecido cuando ha estado junto a su esposo, y que en esa ocasión, el menor le hizo cariño.
“Una vez estaba en la pieza y se me empezaron a mover los pelitos del brazo, como que alguien me tocó, yo le dije a mi esposo: ‘mira’ y los pelitos se me movían y sentí una manito (...) era pequeñita y los cariños que me hacía eran los mismo que me hacía el Esteban”, describió Hernández.
En la cárcel de mujeres, donde está desde enero de este año bajo prisión preventiva, también ha visto a su hijo, quien le habría dado señales sobre una supuesta relación sentimental que mantenía su marido con otra mujer.
“Una vez, mi esposo no fue a verme a la cárcel, la segunda semana tampoco y esa semana se me apareció el niño y de nuevo se me sentó en la cama y me dice: ‘Mamá, el papá lo que está haciendo, se pone a llorar y desapareció’. Después, la otra semana se me apareció con mi mamá y me dicen que no llorara más porque el Pablo anda en malos pasos”, relató.
Para mañana, se espera que la fiscalía la interrogue sobre las actividades que realizó el día del ataque a los niños, mientras que la defensora, Ximena Silva, sigue apuntando a la tesis de que la mujer es inimputable por problemas mentales, ya que padecería “psicosis endógena”.