SANTIAGO.- "Ahora es el turno de la justicia chilena para que se apliquen las sanciones que corresponden".
Así de claro fue el mensaje que dio esta noche el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, tras el arribo al país de los ex lautaristas Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel, que fueron expulsados de Argentina, donde se encontraban detenidos, para enfrentar a la justicia chilena por el asalto en que murió el cabo de Carabineros Luis Moyano.
"Nuestro deber es poner a estas personas a disposición de la justicia. Las gestiones para ello han sido múltiples, y culminan hoy día (martes) con un operativo de la PDI que los trasladará a Santiago", señaló la autoridad, quien adelantó que ambos ex subversivos pasarán a tribunales a primera hora de mañana, miércoles, donde la fiscalía Centro Norte "tomará el control".
"Ahora, la justicia chilena tiene la última palabra", apuntó y aclaró que en Chile "no hay impunidad para ningún delito".
En ese sentido, manifestó su esperanza de que Fuentevilla y Villarroel entreguen los antecedentes que permitan la captura de Juan Aliste Vega y Carlos Gutiérrez Quiduleo, quienes continúan prófugos.
Los ex lautaristas arribaron pasadas las 22:45 horas al complejo aduanero Licura de Lonquimay, donde los esperaba la Policía de Investigaciones. Posteriormente serían trasladados hasta el aeropuerto Maquehue en la Región de La Araucanía para abordar un helicóptero que los traería a la Región Metropolitana.
Fructíferas gestiones
Si bien aclaró que la deportación fue decisión del Gobierno argentino, Rosende se mostró "satisfecho" por los resultados de las gestiones nacionales.
"Esta es una causa que seguimos desde hace varios años, con abogados que el Gobierno de Chile contrató en Argentina, y que han monitoreado permanentemente, día a día, la situación, hasta la determinación de expulsar a estas personas", añadió, rescatando que "nunca se bajaron los brazos".