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Pablo Rojo en juicio oral contra su mujer: "Cuando la apoyaba estaba ciego"

El padre de los niños agredidos en Puente Alto recordó el día en que encontró a uno de sus hijos muerto, producto de una brutal agresión.

24 de Diciembre de 2009 | 13:33 | Por Renata Robbio, Emol
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Pablo Rojo confesó que la actitud de Jeannette Hernández no correspondía a la de un duelo.

El Mercurio

SANTIAGO.- "En un principio, yo la seguí apoyando, incluso cuando se me dijo que era la imputada, la apoyé. En ese momento estaba ciego".


Así relató Pablo Rojo los días en que entregó todo su respaldo a su mujer, Jeannette Hernández, acusada de asesinar brutalmente a su hijo Esteban (6) y dejar herido al hermano de éste, Pablo (15), en un ataque perpetrado con un martillo el 17 de enero del año pasado.


El hombre participó este jueves en la octava audiencia del juicio oral en contra de su esposa, donde recordó el momento exacto en que encontró a su hijo muerto.


"Subo al segundo piso y veo que la puerta de la pieza (de los niños) estaba junta, veo los pies y vi a mi cachorro (Esteban). Sus pies ya estaban heladitos y estaba livianito, ya era demasiado tarde y ahí me di cuenta que ya no tenía a mi hijo (…). Ahí me quedé llorando", relató Rojo entre sollozos.


A diferencia de lo que declaró Hernández, que fue ella la primera en encontrar a Esteban en su pieza y la que le avisó a su marido; esta mañana, Rojo discrepó de dicha versión.


“Nadie me contó que Esteban estaba arriba (…). Yo no recuerdo haber visto a Jeannette dentro de la casa. Parece que don Hugo (un vecino) la tomó y no la dejó entrar, para que no viera las condiciones en las que estaba Pablo”, comentó.


Hasta hace un par de meses, el padre de los niños defendía incansablemente la inocencia de Hernández en el ataque a sus hijos, y pese a los problemas que tenían como matrimonio, nunca pensó que su esposa podía estar involucrada en el asesinato de los menores.


Sin embargo, la confianza del padre de los niños se fue diluyendo: "Después de que me haya dicho cosas que primero eran verdad y después mentiras, me confundía y cada vez que iba al CPF (cárcel) salía desmotivado”.


“Empecé a perder la credibilidad (en Hernández) y cuando me enteré de algunas cosas y empecé a ver los antecedentes, eso me llevó a no verla más (en la cárcel)”, añadió Rojo.


"No noté que llevara un sufrimiento por sus hijos"


Los celos de Hernández tampoco estuvieron ausentes en el velorio de su hijo. Rojo relató que en esa ocasión llegaron dos compañeras de trabajo a apoyarlo, y que su mujer comenzó a hostigarlo con preguntas como ¿quiénes son? ¿a dónde trabajan? ¿por qué te hacen cariño?


“Me sentí incómodo porque estaba en el velorio de mi hijo (…). Era la última vez que podía mirarlo y ella me hacía estas escenas, me fui a pique. Ahí nuevamente me di cuenta que primero estaban sus celos y no el asunto de nuestros hijos”, dijo.


Pero eso no fue lo que más le impactó de su mujer, sino la fuerza con que afrontó el homicidio de sus hijos.


“Yo veía que ella tenía una fuerza, ojalá yo también la hubiera tenido. No sabía de dónde la sacaba, en cambio yo lloraba cada cinco segundos (…). A Jeannette no la noté como que llevara un sufrimiento por sus hijos”, declaró Rojo.


“Una vez, cuando fuimos a ver a Pablo, los días posteriores al ataque, yo llegaba al hospital y me ponía a llorar. Yo estaba destruido, ella no. Ella siempre se vio mucho más entera que yo”, sentenció.