Aunque sólo llevaba 20 días en la cárcel, Bastián había caído en una depresión por perder su libertad, según señaló su tío Cristián Alvarado.
El Mercurio.SANTIAGO.- Conmocionados estaban los familiares de Bastián Arriagada, el joven de 22 años que este miércoles falleció en el voraz incendio registrado en la cárcel de San Miguel.
Esta víctima cumplía una pena de 61 días de cárcel por vender discos pirata en el centro de San Bernardo y salía del penal el próximo 11 de enero.
Su tío, Cristián Alvarado, se manifestó a las afueras del Servicio Médico Legal, muy dolido y molesto pues sostuvo que su sobrino nunca debería haber estado en el módulo del piso 4, torre 5, dado que en ese lugar había reos de mayor peligrosidad. “Bastián vendía discos pirata de amigos para mantener a su familia y poder ahorrar, porque quería retomar sus estudios de educación media, que había dejado hace unos años atrás. Bastián no era un criminal”, señaló Alvarado.
El familiar de Arriagada comentó que esta era la primera vez que él caía opreso de forma efectiva pues antes sólo había cumplido reclusión nocturna por el mismo delito. "Justo antes que saliera la condena, Bastián estaba trabajando en un puesto establecido de un amigo. Tenía muchos planes para el futuro, pero ahora ya nada cuenta", indicó Alvarado.
El tío de esta víctima dijo además que pese a que sólo llevaba 20 días en la cárcel, Bastián había caído en una depresión por perder su libertad y que esa podría ser la razón de que en este último tiempo, siendo católico, se había acercado mucho a la comunidad evangélica del penal.
Finalmente, Alvarado hizo un llamado a las autoridades a modificar la ley en el sentido de que “no es posible que por vender esas cosas uno pague con cárcel. No puede ser que se encierre a todas las personas, ya que éstas son las trágicas consecuencias”.