El tercer hijo de Nolli lo describió como ''un padre violento, que hacía muchas cosas sin sentido''.
Canal 13SANTIAGO.- "Yo no elegí tener el padre que tuve... Esto que mi padre hizo lo voy a tener toda mi vida... Lo voy a llevar toda mi vida... Si hay algo que aflora dentro de mí, es pedirles infinito perdón".
Con la voz entrecortada por el llanto y el rostro cubierto para no ser reconocido en la calle, el tercer hijo de Italo Nolli Olivan reveló al programa "Bienvenidos" de Canal 13 impactantes detalles sobre la vida que llevó junto a este hombre, que el miércoles pasado acaparó la atención de todo el país tras asesinar a dos detectives y dar origen a una intensa persecución por la capital, que solo terminó cuando fue abatido a tiros por la policía.
"Era un miedo vivir con él. Nosotros no podíamos tener amistades, no podía hacer tareas con mis compañeros. Yo añoraba lo que tenían mis compañeros en el colegio, porque era una familia que yo no tenía... Hasta que me di cuenta que mi realidad era esa, con esa persona como padre", relató.
"Jamás me pegó, como tampoco nunca me hizo un cariño. A mi mamá le pegó muchas veces... Crecí sintiendo miedo hacia él... Era un padre violento, que hacía muchas cosas sin sentido. Lo hacía para atormentarnos psicológicamente. Era una persona súper antisocial, no soportaba a la gente. No soportaba que caminaran delante de él o detrás de él. Si caminaban detrás, tenía que ser gente que trabajara para él. Nunca hacía filas, entraba directo. Era demasiado desconfiado, con una paranoia extrema. Vivíamos en una casa que era un búnker, con paredes increíblemente gruesas... No era normal, nada era normal ni natural", prosiguió.
Según el joven, la vida que llevaba su progenitor "era de una persona enferma, que le gustaba el asunto de los negocios, la estafa, casi de película, de vivir en la ilegalidad".
Por lo mismo, cuando en la mañana del miércoles recibió la llamada de un detective preguntándole por su padre, temió lo peor. "Llamé por teléfono a mi papá, pero su teléfono estaba apagado, pero antes de eso pasó algo súper importante: él me llamó. Me preguntó si yo estaba acá (en el departamento) y yo le dije que sí y me dijo que venía en camino. Inmediatamente me puse tiritón de nervios, porque cada vez que él venía a la casa me ponía nervioso, pero él estaba muy tranquilo", afirmó.
Al ver por la televisión lo que estaba pasando, el joven solo quiso que la vida de Italo Nolli llegara a su fin.
"Mi sensación fue que lo mataran, yo quise que esto parara y lo único que pedía era que lo mataran, que lo encontraran y lo mataran, porque de chico siempre supimos que en el momento en que explotara iba a quedar una mierda, y siempre presentimos que la muerte de mi papá iba a ser terrible. Cuando pasó esto, supe que era el momento en que iba a pasar. Yo dije 'este es el fin, ya no puede haber nada más'", confesó.
El hijo de Nolli estaba convencido que ése sería el último día de este ex mercenario de la guerra de Vietnam, porque en las pocas veces que pudo conversar con él siempre le dijo que la próxima vez que tuviese un encuentro con la policía, "iba a matar a todas las personas que lo fuesen a tomar detenido y luego tenían que matarlo a él".
"Siempre tuve la esperanza de que, aunque fuese un minuto, haber sentido un papá... Lo quería, pero no era una persona normal... Me avergüenzo ante lo sucedido, me avergüenzo ante la injusticia que ocurrió, pero siempre tuve algo claro: que mi padre es el referente absoluto de lo que nunca jamás voy a ser", aseguró en medio de sollozos.