SANTIAGO.- En estado de alerta se declararon este domingo los dirigentes de la empresa Gran Santiago y la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), ante la posibilidad de que no se cancelen los sueldos de 2.100 trabajadores de este operador del Transantiago, al tiempo que denunciaron que al menos otros dos concesionarios están al borde de la quiebra.
El presidente de la CAT, Oscar Olivos, afirmó que la situación es crítica, indicando que "es un problema de efecto dominó, ayer quebró TransAraucarias, ahora Gran Santiago, está a punto de quebrar Unitrans, Red Bus está liquidado prácticamente".
El presidente de la multisindical indicó que los trabajadores afectados por la quiebra de Gran Santiago no son sólo los 2.100 que actualmente trabajan en la empresa, sino que a ellos se suman 900 que recibían sus finiquitos parcelados de otras empresas ya fenecidas, que habían sido asumidas por el operador por un acuerdo con el Ministerio de Transporte.
"Hay un grave daño patrimonial para todos los trabajadores, que no saben que va a pasar", indicó Olivos.
"Así como el Estado ha financiado durante cuatro años a los operadores, debe entregar una solución política y apoyar a los trabajadores, porque el polvorín está que estalla", advirtió el dirigente.
Por su parte, el presidente de Fenatrap 18, -entidad que agrupa a los sindicatos de la empresa Gran Santiago-, Luis Campos, planteó que no han tenido ninguna seguridad sobre el pago de sus remuneraciones. "El ministro (Pedro Pablo Errázuriz) nos dijo que eso es asunto de la empresa y que ahí el Gobierno no se mete", planteó el dirigente.