SANTIAGO.- Luego de la serie de manifestaciones que realizaron los estudiantes de la Universidad Central, quienes protestaron esta mañana por la alianza entre la institución y la empresa Grupo Norte-Sur, el rector del establecimiento Ignacio Larraechea, desmintió los nexos políticos que vincularían a los nuevos socios con capitales de la dirigencia de la Democracia Cristiana y la modificación de los valores e intereses de los que goza la comunidad educativa luego de la fusión.
En conversación con Emol, la autoridad académica expresó que no se está detrás de las creencias políticas ni religiosas imperantes en el Grupo Norte-Sur, sino que en la búsqueda de un aliado para concretar proyectos afines al mejoramiento de la universidad.
Frente a la versión de los alumnos, "existe un equívoco, porque la universidad no puede tener fines de lucro, eso está definido por ley, por lo tanto, seguimos siendo una corporación sin fines de lucro. La entrada de un grupo privado que financie, situación que han vivido otras universidades, por ningún motivo significa sacrificar sus valores de pluralismo ideológico, religioso y de todo tipo", sentenció.
"Con esta alianza, la universidad está dando un paso significativo para cumplir con los objetivos de su plan de desarrollo 2010-2020 (...) Se trata de un plan de inversiones superior a los $36 mil millones", enfatizó el rector.
Un socio para el plan
Consultado sobre el proceso por el que se llegó a la decisión de vender el 50% de las acciones de la casa de estudio, Larraechea indicó que al tratarse de una coorporación, "no tenemos ningún tipo de organización política ni ideológica que nos pueda financiar. Por lo tanto, a través de la asamblea de socios que es un cuerpo colegiado elegido democráticamente por los profesores, se decidió buscar un socio dispuesto a financiar este plan, con nuestro objetivos y nuestros valores, y no se estuvo dispuesto nunca a vender la universidad, sino más bien a buscar un socio financiero".
Ante esto, manifestó que "hay un grupo, más bien pequeño, que no está de acuerdo con esta decisión y que ha presentado diversos requerimientos donde han manifestado que este proceso no sería totalmente de su agrado, dando una señal de alerta a algunos centros de estudiantes", situación que provocó las movilizaciones de ayer y hoy. "Lo importante de todo es que quien dirime esto no es la Universidad Central, sino que el Ministerio de Educación, que tiene la decisión en sus manos", recalcó.
Sobre la marcha que realizaron cerca de 300 estudiantes hacia el Ministerio de Educación , con el objetivo que el organismo actúe como interventor en lo que ellos consideran como una "irregularidad", el rector sostuvo que "es importante que los estudiantes se manifiesten, pero debemos garantizar el derecho de quienes quieren seguir asistiendo y realizando clases. Pero no son aceptables las tomas ni nada que interrumpa el libre acceso a la universidad".
Respecto a la acusación que también realiza el alumnado sobre el despido de 120 docentes que habrían manifestado su desacuerdo con la alianza, Larraechea lo desmintió "total y categóricamente", explicando que cualquier desvinculación de académicos que coincida con este período se relaciona a "evaluaciones de desempeño docente, lo que nos ha llevado a reconsiderar ciertas cátedras".
"Para nosotros lo que queda es la aprobación por parte del Ministerio de Educación. Cualquiera sea su decisión será completamente aceptada", concluyó el profesional.