LOS ÁNGELES.- Cuatro meses durará la investigación penal a cargo de la Fiscalía de Los Ángeles en la que se buscará esclarecer los hechos en que Diego Rivera, un joven de 17 años, fue descuartizado la madrugada del viernes pasado.
Este martes, durante la tarde, se realizó la audiencia en la cual se le imputó este homicidio calificado a Nixon Muñoz Vega (42) quien estaría confeso de este asesinato que por la fecha en que ocurrió es denominado como "el crimen de Viernes Santo".
En la formalización de cargos el Ministerio Público describiío cómo el imputado asfixió por 20 minutos a su víctima con un cable eléctrico, luego de una discusion derivada de la ingesta de alcohol en la casa del presunto victimario.
Una vez cometido el homicidio, el acusado habría procedido a desmembrar el cuerpo del joven guardando parte de sus víseras en su propio hogar.
El tribunal dictaminó su prisión preventiva por ser un peligro para la seguridad de la sociedad.
El abogado de Muñoz alegó que éste actuó ese día en légitima defensa, señalando que fue justamente él quien fue atacado en primera instancia y restó validez a la confesión de su cliente que, según dijo, habría sido realizada en medio de una vulneración de su garantías.
El cuerpo de la víctima aún es periciado en el Servicio Médico Legal (SML) de Los Ángeles. Los familiares de Diego Rivera aguardan a que el cadáver les sea entregado para darle sepultura y junto con ello exigieron justicia para este crimen.