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Santiago: Jueves 30 de enero del 2025 | Actualizado 07:47
Juan Carlos Cruz ha insistido en que hubo presiones por parte de la Iglesia para acallar las denuncias.
Jorge Sepúlveda, El MercurioSANTIAGO.- El periodista Juan Carlos Cruz abordó esta mañana las consecuencias que ha acarreado para él y para la Iglesia chilena las denuncias por abusos sexuales que se destaparon hace poco más de un año en contra del sacerdote Fernando Karadima.
En profesional, quien ha insistido en que hubo presiones por parte de la Iglesia para acallar las denuncias, expresó su rechazo a que Juan Esteban Morales sea el actual párroco de El Bosque puesto que, según dijo, él conocía todo lo que ocurría en torno al controversial religioso.
"Esto es una vergüenza", afirmó Cruz en entrevista con el Canal 24 Horas, manifestando además su perplejidad porque monseñor Ricardo Ezzati, una vez que asumió como arzobispo de Santiago, autorizara a Morales a visitar a Karadima.
"Nosotros apoyamos a monseñor Ezzati desde el primer momento (...) había que dejarlo llegar a arreglar esta crema. Pero le dijimos cómo es posible que Esteban Morales, que está absolutamente involucrado en todo esto, siga yendo a ver al padre Karadima", señaló Cruz, quien hoy declarará como una de las víctimas del religioso ante la ministra en visita Jéssica González.
"(Ezzati) nos dijo –agregó- no se preocupen, eso ya está solucionado, en una semana más se le acaba el permiso... Efectivamente Morales ya no fue más, pero al poco tiempo le renuevan el permiso. Cuando llamamos a monseñor Cristian Contreras (para pedir explicaciones) nos dijo que esto viene de la Santa Sede. ¿Pero cómo puede ser que traten al arzobispo de Santiago como un don nadie. Él es el dueño de la diócesis. Por supuesto que me molesta la presencia de Morales en El Bosque", insistió.
Cruz señaló que dentro de El Bosque "había cierta escalas de abuso". Los obispos no veían lo que hacía Karadima en la "intimidad de su pieza", pero "cuando, por ejemplo, llegaba un joven y Karadima le daba la 'regalía máxima', todos sabíamos que teníamos que irnos de la pieza, incluido ellos".
"Pero el toqueteo, los golpecitos en los genitales, los besos, eso era en público. Los obispos, en cuestión, veían lo mismo que veía yo", añadió.
Sin embargo, el periodista aclaró que no está desilusionado con Ezzati. "Seguimos confiando en él, es la única esperanza que tenemos. Creo que realmente le pasaron un gol, quizás entre la Santa Sede y los de El Bosque", sostuvo.
Finalmente, aunque dijo estar consciente de que lo más probable es que Karadima no vaya a la cárcel, señaló que lo que más les importa es que "se diga que las cosas que pasamos, fueron verdad. No importa que estén prescritas. Eso será una satisfacción grande".
"El hecho de ser homosexual, no lleva a la pedofilia. El ser homosexual no impide llevar una vida casta y pura y ser un excelente sacerdote. Ahora, uno puede discutir esas cosas".
"Si hay algo que quiero rescatar de todo esto, es que hay tanto sacerdote bueno que ahora está en jaque por la maldad de Karadima y los que lo encubrieron. Quiero decirle a la gente que confié en esos sacerdotes".
"Todo esto lo hicimos con mucha valentía y humildad para que a otros no les pasara lo que nos estaba pasando a nosotros. Sabíamos que había más victimas, pero que no se atrevían a hablar. Teníamos mucho que perder. Pero no importa. Vale la pena para que esto no siga pasando".
"Monseñor Fernando Chomalí no está involucrado. Él se portó muy bien cuando salí de El Bosque. Le pedí ayuda, le escribe un email. Una prima intercedió, pero él se hizo absolutamente el leso y se tupió. Se quiere juntar conmigo y la verdad es que yo no he que querido, yo lo perdono".
"Creo que hay una secta (en El Bosque). Karadima jugaba con nuestras emociones y sentimientos. Nos decía que nos íbamos a ir al infierno si no hacíamos lo que él decía. Es un sometimiento espantoso del que uno ahora, mirando hacia atrás, te da una vergüenza espantosa, porque así permitías todos los toqueteos, todas las cosas horribles".
"Digo 'porque no le pegué una patada y salí corriendo' (...) Pero si ves el patrón de la gente que fue abusada, efectivamente uno a los 17 años sabe lo que hace, pero no se puede juzgar a nadie que ha sido abusado, porque no se sabe lo pasa por la mente (de esas personas). Uno llegaba bastante vulnerable a Karadima y el se encargaba de destrozarte absolutamente más porque sabía cuáles eran tus puntos vulnerables".
