"Yo no siento que necesite declaraciones políticas de apoyo", sostuvo el ministro de Educación.
Álex Moreno, El MercurioSANTIAGO.- "Yo observo las marchas desde acá arriba, desde mi oficina en el séptimo piso del Ministerio de Educación. Escucho lo que la gente grita en la calle, pero no lo puedo tomar como algo personal", señala el ministro Joaquín Lavín, quien pese al adverso panorama que parece tener encima, descarta dejar su cargo y dice ver en el actual momento una gran oportunidad para cambiar la Educación.
Ante la consulta de si se le ha pasado por la mente dejar el cargo, como lo exigen parte de los estudiantes y algunos parlamentarios, responde que "francamente no". Explica que no ha barajado esa posibilidad, en parte porque "lo que está ocurriendo, para mí no una sorpresa total. Cuando me nombraron ministro yo sabía que estas cosas podían pasar".
Sin embargo, sostiene que la principal razón para seguir encabezando el ministerio es que siente "que éste es el minuto de la educación, que estamos llegando a un momento de la historia de Chile en que la educación pasa a ser prioridad número uno. Entonces tengo clarísimo que es el minuto que nosotros tenemos que aprovechar".
En este sentido, asegura, en entrevista con Radio 95 Tres, que si el movimiento estudiantil aborda "cosas genuinamente educacionales", y deja de lado las demandas políticas, "obviamente que ésta es una gran oportunidad de hacer un cambio que puede ser histórico en Chile".
Pese a la magnitud que han tomado las protestas estudiantiles –que ayer congregaron al menos a 80 mil personas sólo en el centro de Santiago y otras miles en regiones– Lavín dice que no las interpreta como una crítica hacia su persona. "Yo no tomo estas manifestaciones como algo personal, porque en realidad no es así", afirma el ministro.
"Yo también podría estar marchando"
Al respecto, remarca que "el problema de la educación se viene acumulando durante décadas". Pone como ejemplo que la municipalización y el sistema de educación superior data de al menos 30 años. Por esto asegura que "no pueden pedir tampoco que un Gobierno o una persona pueda resolver todos los problemas en un año".
"Yo también podría estar marchando", asegura Lavín, quien enfatiza que "el problema de la calidad de la educación es la razón número uno por la cual yo estoy aquí desde el primer día trabajando como ministro". A su juicio, se trata de un "problema grande y profundo" que para poder solucionarse "requiere de un gran acuerdo nacional".
Finalmente, al ser consultado sobre si ha sentido poco respaldo de parte de los partidos de la Alianza en estas circunstancias, es claro en afirmar que "yo no siento que necesite declaraciones políticas de apoyo". En su opinión, la verdadera salida al conflicto "no va por apoyos políticos más o apoyos políticos menos", sino que "hay que buscar soluciones educacionales para el problema y en eso yo por supuesto que estoy muy abierto y muy receptivo".