El ministro Felipe Bulnes expuso la postura del Gobierno en la Comisión de Educación del Senado.
El MercurioSANTIAGO.- Nuevamente la Comisión de Educación del Senado se transformó en el escenario en que se encontraron los actores del conflicto estudiantil. Esta vez, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, expuso ante los senadores y dirigentes de la Confech la postura del Gobierno sobre el proyecto de ley que pretende eliminar los aportes estatales en las instituciones con fines de lucro.
En la oportunidad, el ministro defendió la tesis de que la eliminación del lucro en los colegios particulares subvencionados no garantiza la buena calidad de la educación, pero sí tendría comprobados efectos negativos tanto en la cobertura como en la libertad de los padres para elegir el modelo de enseñanza que desean para sus hijos.
"Este proyecto no avanza un centímetro en la calidad de la enseñanza", sostuvo el ministro. "No podemos establecer qué efectos positivos tiene en la calidad de la enseñanza, pero sí podemos establecer los efectos negativos", añadió.
En ese sentido, sostuvo que eliminar los aportes estatales a los colegios particulares subvencionados con giro comercial "pone en riesgo la cobertura de nuestro sistema escolar". Esto porque se pone en juego la matrícula de más de un millón 200 mil alumnos (35% del total), que estudian en este tipo de colegios, que en el país ascienden a unos 4.500.
"Este proyecto busca comprometer 4.500 colegios particulares subvencionados, entre los que hay buenos y malos, como también hay buenos y malos en los particulares subvencionados sin fines de lucro", afirmó.
Al respecto, sostuvo que el sistema educacional chileno, "de los pocos avances que tiene es la cobertura y este proyecto los empieza a comprometer". Aclaró que "no está en mi ánimo sembrar el terror (...) pero me preocupa el destino de esos alumnos".
"Creemos en un sistema mixto"
El ministro afirmó que esta iniciativa también "limita el derecho de los padres a elegir" qué modelo educacional desean para sus hijos, ya que sólo dejaría en el sistema a los colegios públicos y aquellos con inspiración religiosa y de filantropía, eliminando los basados en el "emprendimiento", que, según afirmó Bulnes, están "inspirados en el ánimo de obtener una ganancia legítima".
"Creemos en una sociedad docente, con un sistema mixto", remarcó Bulnes, afirmando que "es fundamental que puedan participar (en el sistema) no solamente los proyectos inspirados por religión y filantropía, sino también por el ámbito del emprendimiento, donde puedan desarrollarse otros proyectos laicos", subrayó.
El ministro fue más allá en su argumentación y afirmó que "con este proyecto pareciera que la mala calidad parece tolerable cuando está inspirada en la religión y la filantropía y no cuando está inspirada en la ganancia".
Sostuvo que, por el contrario, la mala calidad siempre es inaceptable y que lo que corresponde es "combatir los problemas de calidad enfrentando (directamente) la calidad".
En esta línea, abogó por "sacar del sistema a todos los establecimientos que no den educación de calidad, sin importar su origen". "Hay que sacar, con independencia del grupo que pertenezca, a todos los establecimientos malos y fomentar a todos los establecimientos buenos", indicó.
Destacó además que la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación sí puede cumplir este rol, a través de la Superintendencia y de la Agencia de calidad. "Esta ley es la que resuelve el problema como hay que abordarlo", afirmó el ministro, añadiendo que "no tiene sentido asfixiar a 4.500 colegios particulares subvencionado, porque no estamos atacando el problema donde está radicado".