Las bombas lacrimógenas contienen gran cantidad de compuesto, que en ocasiones permanece dentro del contenedor después de haber sido usada.
EFE (imagen de archivo)SANTIAGO.- Diez estudiantes de Quilpué debieron recibir atención en un centro asistencial luego de que uno de sus compañeros activó el gas lacrimógeno remanente en un fragmento de un artefacto disuasivo recogido durante las últimas protestas estudiantiles.
El niño, alumno de 7° Básico de la Escuela Básica Manuel Bulnes, llevó allí el trozo de la bomba lacrimógena, que obtuvo tras una protesta ocurrida cerca de una sede de la Universidad Católica de Valparaíso.
Cuando se encontraba en recreo, el alumno decidió prender fuego al artefacto. La liberación del gas provocó problemas respiratorios a una decena de estudiantes, según Radio Bío-Bío.
Autoridades educacionales de Quilpué indicaron que el hecho es investigado por la Fiscalía local.